jueves, 6 de diciembre de 2012

Apurando la luz del día. 5 de diciembre.


Ruta en bici 1406987 - powered by Bikemap 

Tenía tantas ganas acumuladas que no esperé más que 24 horas para retomar el ejercicio en la bicicleta. Tenía pensado realizar la misma ruta de ayer, aunque si las circunstancias acompañaban lo extendería un poco más. Así hice al final, como siempre me ocurre cuando existe esa posibilidad.

Lo primero que noté al salir fue mucho frío, cansancio en las piernas y un viento norte más intenso que el de ayer. Mal plan para realizar la ruta completa, la extensa. La subida por el tramo de tierra hasta Valdeavero fue muy sufrido por el viento que venía de cara. Al final del tramo se divisaban unas grandes nubes negras que asustaban bastante, y al fondo, entre más nubes, la sierra de Ayllón y la madrileña. Preciosa estampa que debería de haber fotografiado, pero tener que parar, sacar el móvil una vez retirados los guantes...en fin, que da mucha pereza, pero algún otro día lo haré.

Bajé el puerto hacia Valdeavero con mucha precaución por el viento racheado que hacía inestable la bicicleta. Ya en la N320 el viento jugó a mi favor y pude tomar algo de oxígeno para mejorar los tiempos y las sensaciones. Quer, Alovera, Azuqueca y a poco más de 1km de Meco hice el parón para tomar una chocolatina, beber agua y soltar líquidos.



Me encontraba justo en el momento de decidir si extender la ruta o bien plegar velas. Ya digo, que normalmente voy a todo lo que hay...por eso tomé la decisión de extender. Subí a la bici y al poco de rodar me encuentro en mi camino con un gran rebaño de ovejas que no me dejaron ni un centímetro para adelantarlas. Así es que me vi en la exigencia de seguirlas como uno más del rebaño. Duró poco afortunadamente, tomando el desvío al camino que dirige a Villanueva.

El tramo es de ligera subida que no hice del todo lento. Lo que sí fue una odisea fue el tramo ya asfaltado entre Villanueva y la parte alta de Valdeavero. Unos pocos kilómetros donde lo pasé realmente mal, con el viento en contra y ya unas piernas que no estaban para más pedales. Sufrí lo que pude, aguanté el tipo y alcancé el punto de retorno por el tramo de tierra.

En apariencia todo estaba bien, si exceptuamos que se estaba haciendo muy tarde. Faltaban apenas 15 minutos para las 6 de la tarde y el sol ya se despedía hasta el día siguiente. Debía correr...qué digo, debía volar. Y yo sin piernas a esas alturas. Hice lo que pude por no perder mucho el ritmo, y afortunadamente el perfil me beneficiaba, con una ligera inclinación a mi favor.

Alcancé Meco ya sin sol visible aunque con algo de claridad. Las farolas ya estaban encendidas en el pueblo y el frío era ya de los que hacen pensar: "qué cojones hago yo en una bicicleta a estas horas...".

Lo principal es que he podido completar dos días estupendos junto a la bicicleta, volviendo a sentir esas sensaciones estupendas que genera el deporte al aire libre. Si además sumamos que al llegar al pueblo el aroma de las chimeneas te acoge como si fuera ya tu hogar, no hay que quejarse tanto. ¿No te parece?

Datos de la ruta:


Recorrido: Meco - Valdeavero - Torrejón del Rey - Quer - Alovera - Azuqueca - Meco - Villanueva - Valdeavero - Meco.
Distancia: 52,95 km.
Tiempo efectivo: 2h31'
Tiempo total: 15:15 - 18:00
Promedio: 21,04 km/hora.
Desnivel: 400 metros.
Terreno: pista-asfalto (25-75) %.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Invierno. 4 de diciembre.


Ruta en bici 1086228 - powered by Bikemap 


Volví al pedal, al viento en la cara, a subir rampas, a divertirme sobre dos ruedas. Cosas de la edad y de las circunstancias de la vida me han llevado a no disfrutar de este placer durante un tiempo. Sin embargo, una vez que se vuelve se hace con todas las consecuencias.

Había que hacer una ruta corta, de toma de contacto. A pesar de no haber dejado de hacer deporte durante todo este tiempo, sí es cierto que no he realizado ejercicios aeróbicos específicos de ciclista, por lo que la prudencia es la mejor consejera en los retorno. Tomé la decisión de hacer la vuelta por Torrejón del Rey a Azuqueca y vuelta a casa. Buen primer test, sin lugar a dudas.

Lo primero que debí hacer fue sacar toda la artillería pesada en cuanto ropa de invierno. Guantes, culotte integral, chaqueta paravientos, braga. Y lo cierto es que no me sobró nada de lo que llevé puesto. El termómetro marcaba los 10º pero la sensación térmica era algo inferior, añadiendo el viento norte que sopla últimamente trayendo ese frío de la sierra ya algo nevada.

Las sensaciones fueron del todo buenas, con unas piernas nada cansadas y un terreno que acompañaba sin grandes charcos. El viento me retrasó en el primer tramo del recorrido ya que iba de cara, pero el resto del circuito fue más benévolo conmigo, ayudando en algunos sectores.


Completé el recorrido sin realizar parada alguna y deseando que llegara la próxima oportunidad de subirme a la KTM. ¡¡Vamos a por más kilómetros!!

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Valdeavero - Torrejón del Rey - Quer - Alovera - Azuqueca de Henares - Meco.
Distancia: 36,84 km.
Tiempo efectivo: 1h36'
Tiempo total: 16h00 - 17h36
Promedio: 22,89 km/hora.
Desnivel: 270 metros.
Terreno: pista-asfalto (20-80) %.

miércoles, 10 de octubre de 2012

De Holanda a Pirineos. 7 de octubre.

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Ruta en bici 1869582 - powered by Bikemap 

Cuando tienes muchas ganas de hacer algo, todo es posible. "Sólo" es necesario aplicar muchas dosis de ilusión y esforzarse sin caer en el desánimo. Ésto vale para muchas situaciones de la vida y también, claro está, para el deporte. Si no consigo dedicar unas horas semanales al deporte me influye negativamente en mi día a día. El domingo, tras atracón de barbacoa el sábado, con un pequeño esfuerzo de madrugar, salí a hacer bicicleta. Dos meses después toqué cuestas de verdad, pendientes pronunciadas y exigentes. Fue mi particular tránsito de lo plano a la pendiente, de Holanda a Pirineos.

De modo imprevisible fuimos dos en la ruta. A Yoni no lo esperaba, pero antes de terminar el sábado se unió. Salí a las 8h30 de casa y en 15 minutos ya estaba en el punto de encuentro con Yoni. La mañana nos obligó a llevar prenda de manga larga en la parte superior y corta para abajo. Un punto de frescor que rápido desapareció. Sin embargo la elección de ropa fue la correcta, ya que en bajadas nos cubrió muy bien de llevarnos un enfriamiento y en subidas no fue demasiado incómodo.

Cruzamos Alcalá para acercarnos hasta las rampas de subida a Los Santos. Dos meses es mucho tiempo sin probar las mieles de este ascenso. Nos dedicamos a subirlo sin demasiado ímpetu. Llevamos pegados a nuestra rueda trasera durante el segundo tramo de ascensión, un todo terreno de la policía. La verdad es que se comportaron muy bien ya que nos siguieron sin intención de adelantarnos. Eso habría sido algo incómodo porque aunque el ancho de la pista es suficiente para poder adelantar, el terreno no es todo lo bueno que se necesita, y eso provoca que hay que ir buscando de lado a lado el terreno más compactado.

Tomamos la cumbre con sudores pero con satisfacción. Tenemos mejores piernas de lo que nos pensamos y sufrimos porque no vamos al mejor ritmo, pero eso llegará con unas poquitas sesiones más.

Encaramos la bajada hasta Anchuelo, divertida y excitante. La tierra bien pisada nos permitió arriesgar para alcanzar velocidad. Llegamos al pueblo y recargamos líquido en la fuente. Decidimos que la mejor opción para ese día sería subir el puerto que lleva a Villalbilla. Hacía muchos meses que no lo probábamos y fue duro de verdad. Una primera rampa de apenas 50 metros dura y una segunda de unos 200-300 metros durísima, que además incluye un suelo algo removido, lo que dificulta muchísimo el equilibrio. Conseguimos alcanza la cima sin caernos, y nos dejamos bajar hasta Villalbilla a todo trapo.

En Villalbilla tomamos la carretera en dirección a Alcalá, apenas 300 metros, para salirnos por el camino que lleva hasta Los Hueros. Una pequeña rampita, nada exigente, y el resto todo en semi bajada. Fuimos como motos, a todo tren, con desarrollos grandes para alcanzar velocidades de más de 35 km/hora.
En Los Hueros, cruzamos el pueblo y alcanzamos la bajada de El Zulema, siempre increible. De ahí a Alcalá, transitar por el paseo del río Henares, y cruzar Alcalá hasta el Santo Tomás. Nos despedimos pensando ya en la próxima salida. Y en 10 minutos ya descansando en casa, limpieza de KTM a manguerazo limpio y todo el domingo para disfrutar de la vida y del clásico de fútbol.

Promedio pulsaciones: 128
Máximo pulsaciones: 178
Promedio calorías consumidas:707
Total calorías consumidas:1.092
Tiempo In Zone (150-182): 0h26

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá - Los Santos de la Humosa - Anchuelo - Villalbilla - Los Hueros - Alcalá - Meco.
Distancia: 55,42 km.
Tiempo efectivo: 2h46'
Tiempo total: 08:30 - 11:40
Promedio: 19,95 km/hora.
Desnivel: 510 metros.
Terreno: pista-asfalto (80-20) %.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Viento de cara, viento de espalda. 23 de septiembre.


Ruta en bici 1406987 - powered by Bikemap 

Misma ruta de la semana pasada pero acompañado por Yoni. Amaneció un día espectacular, limpio de nubes, con una temperatura fantástica para hacer deporte al aire libre. Quedamos a las 9h30 en mi casa pero pasaban ya los minutos y Yoni no aparecía. Después de contactar con él vía chat, nos encontramos a mitad de camino entre ambas casas, y dando yo media vuelta comenzamos la ruta.

Atravesamos Meco y tomamos el camino hacia Valdeavero. Yo ya estaba algo rodado de la semana anterior, pero Yoni llevaba un mes en el dique seco y le ha costado acabar con los ritmos que acostumbra. A mitad de tramo, vimos a dos bikers que se dirigían en nuestra misma dirección y que nos adelantaban bastantes cientos de metros. Siempre que tengo esta oportunidad de fijar un objetivo voy a por ello... y hoy lo intenté y conseguí. Los cacé bastante ante de terminar el tramo de tierra, antes de llegar a la carretera del puerto de Valdeavero. Mis piernas iban solas y me encontraba fenomenal.

Bajé el puerto ya con Yoni pegado a mis espaldas y nos condujimos hacia Torrejón del Rey. Torcimos para tomar la N320 y camino a Quer, con un puerto tendido y luego un repecho a mitad de camino. Todo iba bien hasta ese momento, hasta el instante que dejamos la N320 para girar hacia Quer.

Sería la dirección, o el abrigo de las lomas...pero al torcer quedamos sin protección y nos dimos de cara contra el viento que hasta ese preciso instante no habíamos notado. Probablemente lo habíamos llevado todo el camino a favor y en esas circunstancias es muy complicado apreciarlo. Pero la realidad se antoja firme, y tarde o temprano hay que afrontarla, nunca mejor dicho en nuestro caso concreto de hoy.

Yo solo odio algo más que la lluvia encima de la bicicleta. Sí, es el viento, que hace sufrir y odiar hasta este deporte que tanto nos apasiona. Ha sido duro de verdad, porque ya apenas nos hemos quitado esa sensación de agotamiento que te golpea cuando el viento, que hoy era a cada rato mucho más intenso, no deja un momento de recuperación.

Desde el desvío hacia Quer era todo bajada, pero hoy ha sido como subir un puertecito largo. Las bicicletas se paraban y no había que dejar de pedalear para avanzar. Bajar hasta Alovera y parar para reponer sólido y líquido ha sido una urgencia.



Cinco minutos de reflexión y a la carga que aún nos quedaba la mitad del recorrido. Como ya he dicho, ha sido un sufrimiento continuo, no pudiendo disfrutar del llano en asfalto que otras veces nos encanta. Atravesamos Azuqueca y por el camino de tierra a Meco, pero girar a derechas y subir por otro camino hacia Villanueva. Por estos tramos de tierra, tanto viento hacía ya que se levantaban cortinas de tierra que apenas nos permitían ver metros más allá nuestro. Hemos llegado a Villanueva y allí hemos coincidido con un grupo grande de bikers de carretera. ¡Qué fenómenos! Hemos intentado no perderles de vista y con mucho sufrimiento lo hemos conseguido. Ya, otra vez en la parte alta del puerto de Valdeavero, ellos han continuado de frente y nosotros hemos tomado el camino de tierra de vuelta a Meco.

Yo hoy lo he pasado a ratos bien a ratos mal por el sufrido viento, pero creo que ha merecido la pena. No sé si mi compañero pensará lo mismo ya que llevaba el sufrimiento reflejado en el rostro durante la segunda parte de la ruta... De todo se aprende, incluso de los días menos favorables.

Promedio pulsaciones: 126
Máximo pulsaciones: 174
Promedio calorías consumidas: 697
Total calorías consumidas: 2.038
Tiempo In Zone (150-182): 0h23

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Valdeavero - Torrejón del Rey - Quer - Alovera - Azuqueca - Meco - Villanueva - Valdeavero - Meco.
Distancia: 58,54 km.
Tiempo efectivo: 2h54'
Tiempo total: 09:45 - 12:45
Promedio: 20,22 km/hora.
Desnivel: 400 metros.
Terreno: pista-asfalto (25-75) %.

domingo, 16 de septiembre de 2012

El retorno. 16 de septiembre.


Ruta en bici 1406987 - powered by Bikemap 

Han sido muchos días sin disfrutar del pedaleo encima de mi KTM. ¡No aguantaba más! Dicen que los amores más reñidos son los más queridos...pues en mi caso solo me peleo con ella (con la bici, la KTM, quede claro...) cuando me toca subir(la) a lo más alto de los puertos de montaña.

No quiero ni contar los días que han pasado desde ese 5 de agosto, último contacto con la bicicleta, en el que ya intuía que tocaba el descanso estival. Hoy he realizado una salida en solitario, y como toma de contacto qué mejor que una etapa de distancia corta-media y de perfil suave. Elegí la circular tantas veces ya realizada por las cercanías de casa que me lleva a pasar principalmente por Torrejón del Rey, Azuqueca y Villanueva.

Las 8h00 era la hora pensada para levantarme pero al final, la falta de costumbre me ha llevado a trasladarla una hora más. A las 9h30 ya estaba encima de la bici y comenzaba mi día de retorno a la actividad. He acusado bastante la falta de rodaje, especialmente en los primeros 20 kilómetros, luego el cuerpo a "recordado" qué estaba haciendo y ya empapado en sudor he comenzado a forzar un poquito y a responder adecuadamente mi cuerpo.

El primer tramo de subida en tierra hasta Valdeavero ha sido sufrido. He llevado al alcance de la vista durante varios kilómetros a un grupo de bikers a los que he dado caza a falta de 2km para alcanzar la carretera. Los he pasado a mi ritmo, mientras ellos iban a tran tran...pero al poco he visto que me han alcanzado y pasado. Uno de ellos me ha confesado entre agónicos gestos de falta de aire que se habían picado, no sé todavía si entre ellos o conmigo...Lo cierto es que yo ni me dí cuenta de la jugada, y de haberlo hecho ni me habría excedido un poquito, ya que bastante tenía yo hoy con llegar enterito a casa.

Bajé el puerto que lleva a Valdeavero, ya por carretera, y enlazando pueblos pasé por Torrejón del Rey para comenzar el tramo de nacional hasta el desvío a Quer. Aquí el sube y baja me hizo un poco de pupa en las piernas, pero en general fue un dolo asumible y esperado. Bajada hasta Quer, continuando bajada hasta Alovera.

En estas bajadas noté que al pasar de los 30 km/h la rueda delantera vibraba algo dando pequeños golpes en el manillar. Creo que es cosa de un pinchazo que tuve la última vez que subí a la bici y que no he dejado del todo fina la rueda en su fijación. Lo miraré para la próxima salida.

En Alovera, tramo entre pueblos todo llano y sin tráfico para alcanzar Azuqueca y por el camino de tierra llegar a Meco, y sin echar pie a tierra, desviarme a la derecha por otro camino que me lleva a Villanueva. Alcancé el pueblo, lo atravesé y de nuevo por asfalto llegué hasta la parte alta del puerto de Valdeavero. Torcer a izquierdas y bajar por tierra hasta Meco ya ha sido un paseo.

Muy buenas sensaciones para ser el primer día después de mucho descanso. Hay que habituar a las piernas y al resto del cuerpo a hacer esfuerzos más grandes y con más intensidad. El tiempo obrará.


Promedio pulsaciones: 134
Máximo pulsaciones: 173
Promedio calorías consumidas:759
Total calorías consumidas:1.054
Tiempo In Zone (150-182): 0h22

Datos de la ruta:


Recorrido: Meco - Valdeavero - Torrejón del Rey - Quer - Alovera - Azuqueca - Meco - Villanueva - Valdeavero - Meco.
Distancia: 53,23 km.
Tiempo efectivo: 2h14'
Tiempo total: 09:30 - 11:25
Promedio: 23,80 km/hora.
Desnivel: 400 metros.
Terreno: pista-asfalto (25-75) %.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Rutus interruptus. 5 de agosto.


Ruta en bici 1759649 - powered by Bikemap 

¿Cómo ir de turismo a Albacete después de visitar Nueva York? Es lo que pensé este fin de semana al salir con la bici a hacer kilómetros por nuestra zona. Degustar las maravillas de la sierra de Madrid, el aroma a alta montaña y el plus de dureza a que obligan los enormes puertos de la cordillera, hace pensar que hay una enorme diferencia entre todo eso y el entorno que me rodea, que siendo una maravilla no es una excelencia. ¡Que no se me enfaden los de Albacete...que es una simple simbología!

Aun sabiendo que imposible de igualar las etapas, trazamos una magnífica de 90 km que nos llevaba a pasar por Pezuela de las Torres, un pueblo próximo a Alcalá pero que por uno u otro motivo aún no hemos marcado en nuestra lista de visitados en nuestras rutas. Teníamos eso sí la seguridad de la dureza del recorrido y la restricción temporal: debíamos estar recogidos en casa hacia las 12h00. Difícil compromiso aunque pensamos que podríamos cumplirlo.

Así, marcamos las 8h00 en casa de Yoni para comenzar la ruta. Esta vez llegué sin demasiado retraso, solo 10 minutos, teniendo en cuenta que apenas había podido dormir 5 horas (los veranos son estupendos, pero no precisamente para irse a la cama a una hora temprana). Alcancé la casa de Yoni por el camino de tierra y al momento bajó el compañero, también bastante castigado con las pocas horas de sueño y sin haberse embadurnado de crema solar. Le insté a que subiera y se emponzoñara bien, que es mejor dedicar 5 minutos a prevenir que luego varios días a curar las quemaduras del sol.

Partimos hacia nuestro destino inicial, Los Santos de la Humosa, atravesando Alcalá y acercándonos al río Henares para pasarlo por el pequeño puente. Ya avisé a Yoni que en esta ocasión, en las subidas, tenía la intención de probarme, de apurar al máximo mis pulmones y mis latidos. En esta ocasión teníamos delante el puerto hacia Los Santos, con sus dos puntos claves: el primer cuestón de no más de 500 metros y luego una rampa larga de más de kilómetro y medio. La primera la hicimos casi a la par, yo algo más adelantado, a buen ritmo. Arriba esperé a Yoni y continuamos en el falso llano ascendente hasta la bajada a derechas para luego comenzar la segunda rampa. Ahí adelanté al compi y la animé a seguirme la rueda, que siempre ayuda. Él me miró y me hizo con la mano la señal de seguir mi camino que él haría el suyo. Apuré todo lo que pude, apreté los dientes, apreté todo mi cuerpo ajustado a la bicicleta para sacarle cualquier metro posible al recorrido. Fue duro pero enriquecedor, porque lo que más cuesta más se aprecia. Yoni me siguió todo el camino a unos 100 metros de distancia y no dejó que esa separación se agrandara. ¡Bravo por el compi, que sin ser su fuerte ha mejorado una barbaridad! Después de la rampa mortal de mitad de puerto, ya la pendiente suaviza, aunque yo seguí apretando todo lo posible. Finalizamos el tramo de tierra y enlazamos el asfalto para seguir subiendo en sendas rampas a derechas e izquierdas hasta llegar lo más alto posible, ya enlazando el camino de tierra hacia Anchuelo.

Arriba nos reagrupamos, y sin descanso alguno iniciamos la bajada alocada que siempre hacemos y disfrutamos hacia Anchuelo. La tierra estaba de maravilla esta vez para apretar y forzar la máquina. Llegamos en un momento al siguiente punto "caliente" de la jornada: la subida a las antenas de Anchuelo. Cruzamos el pueblo, ya muy despacio, porque está casi todo en pendiente, y dejando el pueblo atrás, visualizamos la rampa que yo creo es más dura de todo el entorno. Rampa de 1 km de una dureza tremenda en sus primeros 300 metros. Pusimos la combinación más adecuada de plato+piñón y a pedalear, cuando un biker nos pasó por la derecha, sufriendo, agarrándose al manillar, moviendo su cuerpo arriba y abajo para conseguir vencer a la pendiente. Yo no lo pensé ni un instante y me pegué a su rueda. Mentalmente me ayudó a subir a su ritmo y físicamente me sentí capacitado. Subimos rápido, tanto como mis latidos se incrementaron con increíble rapidez. Yoni, de nuevo se quedó un poquito rezagado, pero apenas 50 metros. Vamos, que eso y nada es lo mismo, para quien haya experimentado esa subida. Arriba, y sin parar, encaramos el llano hacia Santorcaz.

El tramo nos vino de maravilla para volver a soltar las piernas y oxigenar nuestros pulmones y músculos. Llevamos al pueblo y buscamos cruzarlo para hacer una parada ya en el comienzo del siguiente tramo. Tomamos líquido y unas barritas de chocolate y cereales que nos dieron la vida. Acumulábamos 29 km con la única parada de la casa de Yoni, con dos subidas duras y que nosotros hicimos además muy intensas. Era necesario un parón de 5 minutos para recuperar y decidir qué hacer, si seguir con el plan previsto de ir a Pezuela, Loranca, Pioz y volver a Santorcaz, o decidir una ruta alternativa. El tiempo nos comía sabiendo que a las 12h debíamos estar recogidos. Optamos por volver sobre nuestros pasos y llegar a Villalbilla, decidiendo allí de nuevo el siguiente punto en función de los plazos de tiempo.

Sin perder tiempo, volvimos por el tramo llano y alcanzamos de nuevo las antenas de Anchuelo. Las dejamos a un lado, junto a un grupo grande de bikers, todos idénticos en su vestimenta. Bajamos el puerto de Villalbilla, que en otras ocasiones lo hemos encontrado muy compactado, en esta ocasión muy removido y peligroso. No lo disfrutamos como queríamos, solo nos dejamos llevar hasta el pueblo. Allí decidimos que había tiempo suficiente para subir el puerto de Valverde hasta casi su cumbre para tomar a derechas el camino que enlaza con Los Hueros, y desde allí ya bajar por El Zulema que nos deja en Alcalá.

Comenzamos la subida del 10% y kilómetro y medio. Asfalto de maravilla y sin nada de tráfico. Otra vez apretamos los dientes y forzando al máximo me separé algo de Yoni. Buenas sensaciones en el asfalto, que cambiaron a dureza tremenda en el enlace a la tierra. El tramito de tierra que une al asfalto, con una rampa de 200 metros es durísima. Pensé que echaría el pie a tierra, porque por más pedales de daba no terminaba la pendiente. Conseguí vencer al dolor y a mi cabeza que me pedía parar. Arriba Yoni me contó que él pensó lo mismo, que no podría, pero lo conseguimos. Ya habíamos hecho lo más duro de la jornada. Nos tocaba disfrutar de dos bajadas tremendas. Alcanzamos la urbanización que hay arriba de Los Hueros y nos tiramos por el asfalto hacia el pueblo. La bajada es tremenda donde alcancé los 60 km/h con una sensación de velocidad increible. Varias curvas a izquierdas y derechas da más realismo al viento en la cara. Abajo del puerto, cruzamos las urbanizaciones nuevas y llegamos hasta El Zulema para hacer lo mismo que antes. Bajada alocada, con dos curvas locas locas y divertidísimas.

Tocaba bajar el ritmo cardíaco y cruzar Alcalá para llegar a las casas. Yoni me acompañó hasta el colegio Santo Tomás donde nos echamos las fotos del día y nos despedimos hasta no sabemos cuándo, ya que las vacaciones nos separarán por unos pocos días.




Dejamos pendiente para otra ocasión la ruta que teníamos en mente para el día. Un conocido me decía hace mucho tiempo que había más días que melones...y eso es toda una obviedad. Volveremos en un día con más plazo de tiempo y recorreremos esos tramos aún sin explorar. Mientras tanto, tenemos agosto de por medio, un mes que al final ofrece poco al biker, porque tiende a estar en cualquier sitio menos en el habitual, el de reunión con los amigos para pedalear. Volveremos lo antes posible, en grupo o en solitario.

Promedio pulsaciones: 123
Máximo pulsaciones: 167
Promedio calorías consumidas: 672
Total calorías consumidas:1.007
Tiempo In Zone (150-182): 0h21

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá de Henares - Los Santos de la Humosa - Anchuelo - Santorcaz - Anchuelo - Villalbilla - Los Hueros - El Zulema - Alcalá de Henares - Meco.
Distancia: 65,41 km.
Tiempo efectivo: 3h27'
Tiempo total:  5h55' (8h05' - 12h00')
Promedio: 18,96 km/hora.
Desnivel: 620 metros.
Terreno: pista-asfalto (75-25) %.

domingo, 29 de julio de 2012

Tocando el cielo de Madrid. 28 de julio.


Ruta en bici 1738918 - powered by Bikemap 

Han pasado ya dos años y tres meses y ha vuelto sorprenderme. En realidad hay mil formas de afrontar un día de alta montaña, mil caminos por los que transitar, mil situaciones a las que enfrentarse. Gracias a todo esto es por lo que merece la pena madrugar y darlo todo por un día especial.

Desde hacía una semana nuestras esperanzas estaban puestas en hacer La Pedriza y llegar hasta uno de los puntos más altos de la sierra madrileña: el Prado la Nava a 2.000 metros de altitud. Marcamos una hora tempranísima, las 7h15 que yo no pude cumplir. La noche anterior la cerré a la 1h de la madrugada y quedaba por montar la baca y los raíles para transportar las KTM. Y luego el desplazamiento en coche hasta nuestro punto de partida, el castillo de Manzanares el Real. Mi retraso fue de 45 minutos, bien soportado por mi compañero Yoni.

En Manzanares comenzamos nuestro asalto a las cumbres a las 9h40, bastante más tarde de lo previsto pero con la sensación de que nuestras piernas harían lo suficiente como para recuperar gran parte del tiempo perdido. ¡Qué ingenuidad!

Atravesamos el pueblo y la zona de chalecitos más próxima a la entrada al parque protegido de La Pedriza y comenzamos nuestra aventura por entre los pinares, por el tramo inicial asfaltado de pocos kilómetros, con un primer escalón de subida que anima a las piernas para todo lo que espera hacia adelante. Una bajada arriesgada conduce hasta el último de los parkings hasta donde pueden llegar los vehículos a motor, y allí otra valla ya delimita la zona absolutamente natural de la mixta. Paramos un momento para que Yoni pudiera echar algo de tierra a los discos de su KTM para que así ayudara a la frenada. Está quedándose sin pastillas de freno y no era el día más adecuado para arriesgar en las largas e intensas bajadas.






Hacía algo más de dos años de mi última y primera visita a este enorme lugar. En aquella ocasión nos juntamos hasta 6 amigos para disfrutar de la bicicleta, el entorno y la compañía, e hicimos la ruta en sentido contrario a las agujas del reloj, subiendo por las famosísimas zetas. Esta vez queríamos probar el sentido contrario. Yoni ya las había disfrutado en otras ocasiones y me aseguraba que era distinta pero igualmente increíble hacerlo de izquierdas a derechas. Y así fue, una maravilla.

A la llegada a la última valla accedimos hacia la izquierda en la bifurcación, y tomamos una cuesta asfaltada pero muy rota, más cuando más ascendía. Entorno ya maravilloso, con cientos de árboles de altura espectacular, con espeso follaje y olores que hacían sentir lo maravilloso de la madre tierra.

Subiendo por este tramo tuvimos nuestro primer encuentro con unos toros que estaban apostados en mitad de nuestro camino y que a su ritmo calmado de vida estaban bebiendo agua de un caño. Entendimos por su aspecto y su actitud que eran del todo "mansos", pero su tamaño y sus cuernos no diferían mucho de los "bravos". ¿Qué hacer? Esperar, claro. En esas estábamos cuando llegó a nosotros otro biker, que nos imitó. Pero la calma de los "mansos" era tal que decidimos emplear nuestra mejor arma: la inteligencia. Tomamos la bicicleta para subirla hacia la pendiente, fuera del camino, y así poder bordear la parte en la que los toros se encontraban bebiendo. Lo hicimos, y los animales nos miraban como si pensaran que hubiera sido más sencillo pasar por el camino... Mejor no arriesgar pensamos todos, porque un pequeño movimiento de esos bichos podría habernos hecho caer al suelo y nunca se sabe de las consecuencias posteriores.

Tuvimos al menos cinco encuentros más con otros grupos de toros pero ya no tan extremo, con tanto bloqueo. Pasando a 3-4 metros a su lado pero en velocidad, ellos ni se asustaban y nos asustaban. Continuamos camino y ascenso, dando con el fin del asfalto y el comienzo de la pista. Todo en subida, sin pendientes extremas hasta que nuestro cuentakilómetros marcaba los 14. Ahí yo comencé a notar que algo en la pendiente cambiaba. Siempre fuimos a ritmo, sabiendo las distancias que tendríamos que soportar. En realidad, de los primeros 32 km hicimos 25 de subida, todos enlazados a excepción de unos 5 intermedios entre el Collado de los Pastores y el inicio de la subida al Prado la Nava.

El tramo que nos restaba hasta el mirador del Collado de los Pastores se nos hizo duro y largo, pero precioso por las panorámicas que ofrece el terreno, la altura que habíamos logrado alcanzar que nos permitía visualizar el camino por el que habíamos transitado, tan abajo, allí en las profundidades. ¡Realmente increíble!

17 km de recorrido y llegamos al mirador, obligada parada para todos. Pudimos disfrutar del paisaje, del aire que nos recuperó, de líquido y sólido, y de un grupo de bikers que estaba compuesto por padres e hijos, los niños de no más de 7 años. Yo me quedé impactado por esto, ya que llevar a unos niños hasta ese nivel de esfuerzo me pareció excesivo. Aunque es cierto que los enanos no aparentaban cansancio alguno...






Cinco minutos de recuperación y nos pusimos de nuevo sobre nuestras bicicletas. El siguiente tramo, de unos 5 km, nos permitió recuperar el oxígeno y la musculatura del esfuerzo de la larga y prolongada subida. Tocaba bajar unos cientos de metros que más tarde, subiendo a La Nava, deberíamos compensar. Divertido este tramo, donde alcanzamos velocidad y en el que pudimos tomar las curvas con energía.

Sin tiempo para parar, comenzamos la subida a La Nava. El recuerdo de la última vez allí no es muy grato. A mitad de recorrido encontramos nieve helada lo que me llevó a caerme hasta en tres ocasiones y tener que volver sobre nuestros pasos. Tenía claro esta vez que muy mal tendría que estar yo para abandonar y no cumplir con tocar el cielo de Madrid.

La montaña sin embargo marca sus reglas y ni tan siquiera en un día de verano y tranquilo se puede asegurar nada. Lo primero es que la subida a La Nava es de 6 km, todos, absolutamente todos en ascenso ininterrumpido, con un terreno horrible, muy bacheado, muy pedregoso, muy removido en muchas partes. Quien consiga subir hasta la cumbre puede decir con seguridad que nadie le ha regalado esa ascensión. Es increiblemente dura, por los kilómetros acumulados y por la altura de 2.000 metros. Hasta en dos ocasiones pensé en echar el pie a tierra y abandonar, volver sobre mis pasos. Las pulsaciones de mi corazón se habían situado de forma constante en los 174 latidos por minuto, cuando en mí eso no es nada habitual. Estaba llevando al límite a mi cuerpo y a mi mente. Creíamos que sería más suave y corta, y a ambos se nos hizo eterna. El frío (sí, he dicho frío) entró en nuestros huesos según ascendíamos. Es julio pero la montaña no entiende de veranos ni de inviernos. En pleno julio, con temperaturas de 35º, en la sierra siguen existiendo regeros de agua limpia que manan por cualquier rincón. A pesar del dolor de la ascensión, del sufrimiento vivido, me sentí afortunado de poder ver todo el entorno y de sentirme parte de él.

Conseguimos nuestro objetivo después de 40 minutos de ascensión para cubrir el empalme hasta La Nava. Arriba tres amigos se divertían y un cuarto biker que nos seguía también se paró a disfrutar de lo conseguido.





Tomamos sólido y líquido, y tras varios intentos imposibles de contactar por teléfono con la familia (no hay ningún tipo de cobertura para móviles a esa altura) iniciamos el descenso. Si dura fue la subida, la bajada no lo fue menos y además muy arriesgada. Los tres amigos que encontramos arriba, resulta que eran tres frikis del pedal en modo descenso. Yo los llevé pegados a mi culo en los dos primeros kilómetros, imposible de pasarme porque en la mayoría del recorrido solo hay un único carril para transitar. Sin embargo, el primero del grupo nos adelantó a los dos en una curva, saliéndose de todo camino, y sus amigos le siguieron al momento. Vaya flipados hay por la vida...

Llegamos al pie del inicio a la subida a La Nava, y sin parada, nos dirigimos hacia las zetas para descenderlas. Subidón de adrenalina, emocionante y mil cosas más se puede decir de este descenso, en el que si no tienes frenos mejor rezarse varios padres nuestros. Se alcanzan velocidades de cuidado con curvas muy inclinadas, muy rajadas y con tierra muy removida. Según bajamos, la temperatura nos hizo recordar que nos encontrábamos en verano, el mercurio subía.

Recorrimos todo el tramo de zetas y acabamos en la vereda del río Manzanares, pero en altura. Desde allí se podía ver mucha gente en las enormes piedras de la zona, tumbados al sol recibiendo sus rayos y bañándose. Paradisiaco. Conseguimos cubrir el tramo hasta el último parking y tras solventar el puertecito intermedio alcanzamos nuestro coche. Eran las 14h15, mucho más tarde de lo que estimamos al principio, pero es que la alta montaña manda con mano de hierro, siendo nosotros unos pequeños títeres en sus manos. Montamos las bicis y camino a casa.

Espectacular el día, maravilloso y adictivo. Es un lujo poder contar con este increíble paisaje a 45 minutos de casa y vivir sensaciones que hacen dar gracias de estar vivo. Repetiré mil y una veces este recorrido, para no olvidarme de que merece la pena el esfuerzo por ver Madrid desde el cielo.

Promedio pulsaciones: 142
Máximo pulsaciones: 176
Promedio calorías consumidas:811
Total calorías consumidas:1.077
Tiempo In Zone (150-182): 1h44

Datos de la ruta:

Recorrido: Manzanares el Real - La Pedriza - Prado la Nava - La Pedriza - Manzanares el Real.
Distancia: 54,84 km.
Tiempo efectivo: 3h50'
Tiempo total:  4h35' (9h40' - 14h15')
Promedio: 14,35 km/hora.
Desnivel: 1.410 metros.
Terreno: pista-asfalto (90-10) %.

domingo, 15 de julio de 2012

Rumbo a lo desconocido. 15 de julio.


Ruta en bici 1704342 - powered by Bikemap 

Puede que algo condicionado por el devenir de los acontecimientos en el país, algo aturdido por tanta prima de riesgo, presupuestos agotados, políticos corruptos, y un cada vez más pueblo llano llanísimo, entendí que había que aventurarse a hacer algo diferente, buscar caminos inexplorados, echarle un pulso al valor a ver quien ganaba. Me planté delante de los mapas de Google y tracé una locura resumida en 92 km con un desnivel de casi 1.000 metros y todo sobre tierra. Hablé con mi compañero de rutas Yoni y quedamos en hacer lo que se pudiera, comenzando a las 8h15 en Alcalá.

Por una vez en todo el verano conseguí cumplir mis compromisos en forma de horario y saliendo a las 8h05 de casa, alcancé el punto de encuentro con Yoni a las 8h20. Amaneció un día fabuloso, algo fresquito y con una ligera brisa. El frescor se fue difuminando rápidamente pero la brisa nos acompañó en todo el recorrido por tramos de tiempo.

Yoni sigue sin sacar el tiempo necesario para poner su bicicleta a punto, y a la suciedad que arrastra después de algunas salidas, ya incorpora algunos desajustes en las zonas sensibles lo que lleva a incorporar música de fondo mientra circula. Yo la limpié ayer... solo por veguenza torera, y la verdad es que se agradece salir de casa como un niño con zapatos nuevos, aunque cierto es que toda esa limpieza dura poco y nada.

Hablamos Yoni y yo que iniciaríamos la ruta y en función de las fuerzas haríamos toda o la acortábamos. Comenzamos con cruzar Alcalá en dirección a El Zulema. Tras pasar por la pasarela de madera sobre el Henares, tuvimos que socorrer a un biker que estaba más perdido que un saltamontes en el mar. No conocía la zona y había quedado en el parque natural. Le acompañamos un tramo y volvimos a lo nuestro que era subir por el puerto viejo. Como siempre, admiramos las rampas que ofrece este puerto duro y el paisaje que se dibuja de Alcalá casi nada más comenzar la ascensión. Sabiendo que el día sería duro marcamos un ritmo de recorrido largo, nada de exhibiciones.

Arriba, ya en la urbanización, alcanzamos las urbanizaciones de Los Hueros, las atravesamos y nos dirigimos hacia el camino de tierra que une Los Hueros con Villalvilla. Picando ligeramente hacia arriba pero con buen firme, íbamos acercándonos hacia nuestro destino. Encontramos varios grupos de bikers en la zona de Los Hueros, todos con bicicletas que quitan el hipo y también la sonrisa a quienes las hayan tenido que pagar a plazos.

En Villalvilla tomamos la carretera que dirige a Valverede. Subidon al 10% de un par de kilómetros. A ritmo conseguimos hacer cima y después subidón de adrenalina al bajar por la otra cara del puerto, donde se enlazan varias curvas en ese donde alcancé los 60 km/h. De verdad que es una pasada esa bajada.

Alcanzamos Valverde y tomamos el tramo de tierra que une este pueblo con Pozuelo del Rey. Éste ya es el último tramo conocido por el que hemos transitado en dos ocasiones más. Fabuloso el firme, el mejor de toda la zona de Alcalá. Y el perfil, comenzando con un puerto duro de unos dos kilómetros, luego serpentea arriba y abajo pero ya de forma más suave, disfrutándose encima de la bicicleta.

Llegamos a Pozuelo y ahí ya comenzaba lo inexplorado, lo nuevo para nosotros. No saber hacia dónde te diriges supone una motivación extra, estar más despierto de lo habitual. Hicimos la parada para reponer sólido y algo de líquido en un caño de agua que hay junto a un parque. Empleamos el tiempo justo para no alargar mucho la jornada.

Tomamos un camino estrecho y por tramos pedregoso que hacía recordar ligeramente el firme que hay en la conocida Cercegovia, con rocas adheridas en el suelo obligando al biker a saltar y a extremar la seguridad. Aún con ese pequeño aliciente, ha sido un tramo divertido, con algunas zonas de mucha vegetación lo que nos obligaba a agacharnos casi a la altura del manillar para evitar los golpes de las ramas. En general, el perfil en este segmento ha sido favorable, ligeramente en caida hacia Campo Real.

Comenzamos a utilizar el GPS para orientarnos ya en Campo Real para alcanzar el camino que enlaza con Loeches. Dimos con él rápidamente, y nada más comenzar nos encontramos con un grupo de unos 10 bikers todo igualmente uniformados y con unas bicicletas de aupa. Primero una subida no muy larga y al final no muy exigente, y un poco más adelante una bifurcación donde estaba el grupo decidiendo si derecha o izquierda. Yo había estudiado el terreno y les dije que izquiera, y allí que fuimos todos, ellos un poco más adelantados a nosotros. La sorpresa del día vendría a partir de ese instante. Encontramos un perfil en bajada tremendamente accidentado. ¡Qué pena no haber fotografiado el lugar! Había piedras de un tamaño que hacía imposible descender encima de la bicicleta sin sufrir de pánico, con además un barranco a mano derecha (aunque estaba vallado, es cierto). La inclinación del terreno más la acumulación de tanta piedra y de tanto tamaño nos obligó a echar pie a tierra. Yoni, al final acabó subiéndose de nuevo y bajando con muchas precauciones, y yo descendí unos metros a pie hasta que mejoró la situación. Más adelante encontramos menos piedra pero nos sorprendió lo irregular del terreno con grandes cortes que obligaban a ir de izquierdas a derechas del camino, utilizando el peralte natural del terreno para no caerse. En fin, resultado de un tramo superdivertido y superpeligroso en cantidades iguales.

Después de 6 kilómetros casi todos de descenso arriesgado, alcanzamos Loeches. Pero dimos a un punto en el que estábamos desorientados. Otra vez el GPS nos ayudó a salir de allí hacia Torres de la Alameda. 5 kilómetros de terreno más benévolo, con alguna subida pero de poco interés nos permitió alcanzar el pueblo de destino. Otra vez el GPS salió en nuestra defensa y pudimos, tras cruzar en diagonal Torres, alcanzar el tramo de tierra que le une a Valverde. Este tramo sí le conocemos, por haber pasado por allí ya en varias ocasiones. En su tramo intermedio hay un pinar a un lado y un circuito de motocross. Bastante llano y de buen firme pudimos llegar ya con cansancio a Valverde donde hicimo parada para reponer energías. El sol calentaba a 32º y nos agotaba.



Nos esperaba la subida del día. Esa que bajamos antes con un subidón de adrenalina, ahora estaba por delante de nosotros y en forma ascendente. Comenzamos y terminamos a ritmo, sin probarnos demasiado. Ya acumulábamos 50 kilómetros en nuestras piernas y cualquier inclinación en contra nos sentaba a cuerno quemado. La brisa ayudó a soportar el calor y el esfuerzo de la ascensión. En la cima nos dejamos caer hacia la vertiente de Villalbilla, disfrutando de la velocidad.

Abajo tomamos el mismo camino que utilizamos en la ida, es decir, camino de tierra hacia Los Hueros y bajada de asfalto por El Zulema. Atravesamos Alcalá y nos pusimos en casa en un ratito.

Jornada de las serias, con un poquito de todo. Calor, muchos kilómetros, puertos exigentes, sorpresas, y pueblos nuevos incorporados a los conocidos por estos bikers. A ver si, como todos hemos cantado semanas atrás, no hay dos sin tres, y la próxima semana hacemos otra salida disfrutando de la bicicletas, del entorno y de la buena compañía.

Promedio pulsaciones: 116
Máximo pulsaciones: 160
Promedio calorías consumidas: 619
Total calorías consumidas:1.247
Tiempo In Zone (150-182): 0h19

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá de Henares - El Zulema - Los Hueros - Villalbilla - Valverde de Alcalá - Pozuelo del Rey - Campo Real - Loeches - Torres de la Alameda - Valverde de Alcalá - Villalbilla - Los Hueros - El Zulema - Alcalá de Henares - Meco.
Distancia: 84,49 km.
Tiempo efectivo: 4h27'
Tiempo total:  5h15' (8h05' - 13h20')
Promedio: 19,00 km/hora.
Desnivel: 750 metros.
Terreno: pista-asfalto (85-15) %.

lunes, 9 de julio de 2012

La vida puede ser maravillosa. 8 de julio.


Ruta en bici 1692432 - powered by Bikemap 

Lo decía el controvertido, amado y detestado Andrés Montes en una de sus frases míticas: "Porque la vida puede ser maravillosa". Cuánta razón y sabiduría acumulan ciertas frases que resumen toda una filosofía de vida. Saber enfrentarse a ella y sacarle todo el jugo, saber valorar las cosas importantes y dejar a un lado las que tienen (o no) solución. En resumen, se trata de VIVIR (sí, con mayúsculas).

Yo necesitaba recuperar sensaciones de esas a las que se refería el comentarista. Y volver a la rutina de mis deportes y mis alegrías. Así, nada mejor que comenzar con las rutas en bicicleta los fines de semana e ir incorporando el resto de hábitos que me hacen sentir tan bien.

Prefiero los sábados para hacer las salidas, porque así se facilita la recuperación en domingo, pero no siempre se puede ya que las obligaciones mandan. De este modo, fijamos Yoni y yo el domingo a las 8h30 como salida oficial. A primera hora recibí un mensaje de mi compañero en el que me decía que el pedal automático que llevaba dando problemas desde hacía meses había muerto definitivamente. Teníamos entonces que acercarnos a casa de sus padres a por uno de repuesto, siempre y cuando el "muerto" viviera lo suficiente. Me puse en marcha a las 8h30 con el retraso de siempre de los 15 minutos. Alcancé Alcalá por el camino de tierra y en poco más de un cuarto de hora ya estábamos juntos para comenzar la jornada.

Bajamos hasta casa de los padres de Yoni con mucho cuidado para no forzar el pedal averiado, y lo hicimos bien, porque pudimos llegar y cambiarlo. Ahí decidimos que ya era el momento adecuado para volver a disfrutar y sufrir la subida a El Viso por los pinares. Cruzamos Alcalá hasta llegar al río Henares y, pasando por la nueva pasarela de madera, alcanzar la subida a El Zulema.

Hicimos la subida con sudores, que a pesar de ser pronto el sol de julio hace mucho daño desde primeras horas. Lo hicimos juntos, como el resto de subidas del día. La inactividad pasa factura a los dos, y a mí en especial el calor. Sin demora en el alto nos dirigimos hacia nuestro destino preferencial: El Viso. Tomamos la carretera que sube hacia el alto pero nos desviamos a la izquierda para bordearlo y subir por la zona de pinos. Antes de hacer la subida, comenté a Yoni que debíamos hacer una incursión en Torrejón para conocer ese empalme para futuras rutas por esa zona. Nos adentramos en un tramo muy pedregoso e irregular, pero de igual modo muy concurrido por ciclistas de Torrejón que suben hacia los pueblos del entorno a Torres de la Alameda. Llegamos a la zona nueva de Torrejón, aún a medio construir, conocida como El Soto.

Volvimos sobre nuestros pasos, o mejor dicho, sobre nuestras marcas de las ruedas para esta vez sí, encarar la subida preciosa a El Viso. El recorrido de subida siempre está peligroso, mucho más si se hace hacia abajo, y el domingo encontramos unas rajas profundas y anchas al principio de la subida, además de tierra muy removida en algunas zetas que hacían complicadísimo el pedaleo, ya de por sí dificultoso por la pendiente. Conseguimos alcanzar la cima y sin parar bajamos por la zona asfaltada para bajar todo El Zulema de nuevo y llegar al Parque Natural donde hay una fuente de agua fresca. Allí Yoni rellenó su bidón, mientras llegaba un grupo grande de bikers también a reponer bidones.



Nosotros comenzamos la segunda parte de nuestra ruta. Tomamos camino por la ruta amarilla del parque subiendo en dirección a Anchuelo. Duras las subidas y peligrosas por lo removido del terreno. En un punto del recorrido, Yoni se fue "a la zona sucia", fuera del carril compactado. Demasiada piedra y grava suelta, además de estar en pendiente, le obligó a echar el pie a tierra. Mejor eso que irse al suelo y tener consecuencias. Recuperó bien puesto que yo solo tuve que esperar unos segundo tras pasar la puerta de acceso al parque.

Continuamos nuestro recorrido en dirección a Anchuelo, a través de la solana que nos estaba consumiendo. Ya marcaban cerca de las 12h00 y el sol ajusticiaba a todo ser viviente. Con crema solar por todas las zonas y abundante agua pudimos contrarrestar los rayos solares y el fuerte calor.

Llegados a Anchuelo, tomamos el tramo de subida hacia Los Santos. Tres escalones de subida que consumen en condiciones normales, nos tocó hacerlo esta vez con muchos grados y ya como última subida del día, tras las tres ascensiones anteriores. Muy duro pero muy gratificante confirmar que nuestros cuerpos, a pesar del parón de las últimas semana siguen respondiendo incluso en condiciones complicadas.

Sin necesidad de parar, ya en Los Santos, iniciamos la bajada trepidante hacia Alcalá. Larga bajada de cerca de 6 km que hicimos en 10 minutos. Con las medidas de precaución habituales en este tramo, disfrutamos de lo lindo, llenando de adrenalina nuestros cuerpos. Una vez en el llano ya nos vino la pájara, que no es un ave rapaz, ni tampoco una chica de esas que tienen mala reputación. Es un agotamiento, un cansancio de esos que te hacen odiar el sitio y el lugar en el que te encuentras, y del que tan solo intentas salir vivo. Nos arrastramos hasta nuestras casas, haciendo Yoni el acompañamiento hasta el colegio Santo Tomás. Allí nos despedimos con intención de repetir salida la próxima semana, con el anhelo de enlazar dos semanas consecutivas, algo que antes era habitual y que en los últimos meses es casi imposible de realizar.

Gran jornada de bicicleta, con un calor de verano profundo, una ruta de las serias, con un desnivel de casi 700 metros distribuidos en cuatro subidas, y una compañía de lo más agradable. Hagamos que la vida sea maravillosa, o al menos, vamos a intentarlo con todas nuestras energías.

Promedio pulsaciones: 121
Máximo pulsaciones: 166
Promedio calorías consumidas: 651
Total calorías consumidas: 999
Tiempo In Zone (150-182): 0h30

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá de Henares - El Zulema - Torrejón de Ardóz - El Viso - El Zulema - Parque Natural - Anchuelo - Los Santos de la Humosa - Alcalá de Henares - Meco.
Distancia: 72,70 km.
Tiempo efectivo: 3h56'
Tiempo total:  4h30' (8h30' - 13h00')
Promedio: 18,46 km/hora.
Desnivel: 680 metros.
Terreno: pista-asfalto (80-20) %.

martes, 19 de junio de 2012

No sin mi badana. 17 de junio.


Ruta en bici 1650045 - powered by Bikemap 

Domingo, tras una semana larga de trabajo y con un miércoles en el que jugué a fútbol después de siete años sin dar una patada a un balón. La agujetas me acompañaron, y me acompañan aún a fecha de hoy, hasta en los momentos más relajados del fin de semana. El sábado era el día preferido para salir a rodar, pero las exigencias de la agenda y las dolorosas agujetas me tenían bloqueado. Pasé el turno al domingo, pero condicionado a madrugar para disponer mi tiempo para cubrir los compromisos adquiridos en la vida social.

Nunca se me dio bien madrugar, y últimamente estoy llevando esta ¿cualidad? al extremo. Marqué con Yoni mi salida de casa a las 8h00 para estar en Alcalá a las 8h15, pero como digo, soy incapaz. Así es que salí de casa a la hora prevista de reunión, llegando junto a Yoni a las 8h30. Enlacé los dos puntos por el camino de tierra, el que pasa por la vaquería. Yoni bajó al punto de encuentro al minuto de llegar yo y con el frescor de la mañana nos dirigimos a atravesar Alcalá en dirección al camino de Los Santos.

A lo largo de toda la jornada nos cruzamos con mucha gente en bicicleta, algunos en grupos grandes y otros en pequeños o de forma individual. También mucha gente corriendo disfrutaba de la temperatura fresca. Es maravilloso ver que la gente aprovecha la vida más allá del mando del televisor que nos hace ser unos seres pasivos y un tanto bobos.

Cruzamos el puente sobre el río Henares y tras la aproximación a la primera subida comenzamos a enlazar platos y piñones para ascender. El dolor de piernas de mi aventura del miércoles me molestó menos de lo esperado y pude llevar un ritmo sostenido toda la mañana. Sin embargo, algo inesperado llegó para avisarme que no todo puede estar controlado. La badana de mi culotte, ¿dónde estaba? Sentía el sillín más de lo normal para el poco tiempo que llevaba encima de la bicicleta. Lo habitual, al menos en mi caso y con la calidad de culotte que yo utilizo, es que las primeras tres horas no tenga ninguna molestia. Luego, a partir de la tercera hora en adelante es normal que ya moleste todo... Pero es que en esta ocasión tan solo llevaba una hora rodando y no entendía nada. Utilicé el tacto para comprobar qué ocurría, y claro, nada es eterno. Tuve que utilizar el primer culotte, el más antiguo, y eso supone mucho uso y muchos lavados. La badana va perdiendo cualidades y consistencia, en especial en la zona central, la principal de apoyo. Gracias a que no fue una jornada extensa, pude llegar a casa "sano y salvo", pero de haber utilizado este culotte en una jornada de más de cinco horas, habría tenido que hacer algo para solucionar el problema.

La subida a Los Santos siempre es dura, haga frío o calor, y cuando no estás rodado es cuando más lo notas y reconoces la dureza de la pendiente. Subimos hasta el caño de agua que hay algo más arriba de la plaza de toros, donde paramos para que Yoni repostara su bidón de líquido. Desde allí, subimos el último tramo de curvas enlazadas hasta el camino que baja hasta Anchuelo. La bajada la hicimos bastante fuerte, hoy sin ningún contratiempo en forma de biker ascendiendo. En pocos minutos cubrimos los 6 kms hasta la entrada del pueblo, donde giramos en dirección al Parque Natural de los Cerros de Alcalá.

Todo el tramo de enlace entre este punto y la puerta de arriba del parque es un continuo sube y baja que hace daño a las piernas. Al final, con algo de sufrimiento, alcanzamos la puerta del parque y nos pusimos a la sombra del único árbol de la zona para recuperar líquidos y sólidos.




Encaramos la bajada por el parque natural. Es ahora mismo la zona más peligrosa por la que rodamos. Curiosamente es el firme que está más trabajado, más cuidado para utilizar por paseantes, corredores y ciclistas y lo cierto es que hay continuos problemas para ir en bici sin irse al suelo. Todo el terreno está muy removido y tan solo hay un pequeño carril por el que se puede circular. A todo esto se une un continuo subir y bajar con largas pendientes, lo hace muy dificultoso y un tanto arriesgado. Como nos conocemos el problema, ya sabemos que debemos ir por el borde, por donde está la zona compactada, pero con mucho tiento.

En el parking del parque tomamos de bajada la carretera del Gurugú para cruzarla y hacer la subida de El Zulema. Asfalto algo parcheado, entre pinares, y con tres curvas tiradas al estilo antiguo, tipo caracol, hacen de esta corta ascensión una maravilla de subir y más de descender a tumba abierta. Hicimos las dos cosas, subir y bajar. La primera como mucho esfuerzo y sudores por lo calores y los desniveles. La bajada, una gozada tremenda, un subidón de adrenalina para casi terminar la ruta.





Cruzamos Alcalá y desde allí a casa por el camino de tierra, llegué al hogar con un mínimo de retraso sobre la hora prevista. Cumplí conmigo por salir a rodar, y con la familia por la promesa de llegar en hora para cubrir la agenda social del domingo.

Promedio pulsaciones: 128
Máximo pulsaciones: 169
Promedio calorías consumidas:712
Total calorías consumidas:1.023
Tiempo In Zone (150-182): 0h22

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá de Henares - Los Santos de la Humosa - Parque Natural - El Zulema - Alcalá de Henares - Meco.
Distancia: 52,22 km.
Tiempo efectivo: 2h41'
Tiempo total:  3h15' (8h15' - 11h30')
Promedio: 19,46 km/hora.
Desnivel: 470 metros.
Terreno: pista-asfalto (85-15) %.

lunes, 11 de junio de 2012

A la memoria de Marcos. 10 de junio.


Ruta en bici 1635723 - powered by Bikemap 

A Marcos nunca le conocí. A su novia Bea no la conozco tampoco. El sábado pude ver sus imágenes por primera vez en una fotografía. Se les ve alegres, enamorados, unidos, dependientes el uno del otro. La fotografía está pegada a una farola junto a tres ramos de flores y una carta que Bea dirige a Marcos. Una carta que pone a flor de piel los sentimientos y que le dice abiertamente que no sabe vivir sin él, que no quiere vivir sin él.

Todo ocurrió hace solo unos pocos meses. Marcos era ciclista, un deportista más, aficionado al disfrute de la vida. Él lo entendía encima de una bicicleta, una de carretera. Un día, un jóven menor de edad, se lo llevó con el coche que no debería de haber arrancado. Ese jóven no paró, no se detuvo, no le auxilió. Ese jóven salió corriendo hacia Rumanía, su país natal, escondiéndose de lo que sabía había ocurrido, de lo que sabía era culpable.

La policía ha localizado y detenido al culpable. Sin embargo Bea ya no verá a Marcos nunca más. No hay justicia para esto. Marcos, descansa en paz. Bea, siento tu dolor.

Con mes y medio de parón obligado, nunca me imaginé que el post del retorno a la bicicleta sería tan emotivo, pero pasar junto al lugar donde atropellaron a Marcos me hizo llevarle en mi cabeza el resto del día. Pensamos salir pronto para aprovechar bien el día y, de paso, evitar el calor que ya aprieta y castiga mucho. Fijamos las 8h45 en Alcalá y yo, falto de entrenamiento en el madrugar pre-deportivo, no llegué a la hora marcada. Salí de casa a la hora del encuentro, así es que llegué 15 minutos tarde.

Tomé el camino para llegar hasta Alcalá y esta vez, en vez de girar a la izquierda continué recto pasando por el vivero y la vaquería hasta encontrar el camino de Camarma. En pocos minutos me encontré con Yoni. Se disponía a inflar las ruedas de su también olvidada KTM. En poco tiempo ya rodábamos hacia nuestro destino: Los Santos. Casi dos meses de parón y nos decidimos por una de los dos "torres" que se pueden subir por la zona. Así somos de valientes o de cazurros...

La subida la hicimos juntos a un ritmo tranquilo pero sudando mucho. El calor hizo de las suyas en la primera parte del día. Nos cruzamos con mucha gente en bici ya que se por la mañana se llevó a cabo una de las pruebas de DUCROSS de la Comunidad de Madrid. Nosotros a lo nuestro, subir y subir, que sin ser un ritmo alto nos sirvió para pasar a más de uno y de dos bikers.

Llegados a Los Santos, sin echar pie a tierra, enlazamos por las calles en zig-zag hasta llegar a la parte alta y tomar el camino que conduce a Anchuelo todo en bajada larga de varios kilómetros. En la bajada, sufrimos dos pequeños sustos, pues con la inercia y la fuerza que se baja se disfruta. Pero, claro, si te encuentras de frente con un grupo de bikers que no saben que la gente baja también por esa ruta... No pasó nada, pero ambos nos asustamos un poquito. ¡Señores... hay que ir todos en fila de a uno y por la derecha!

En Anchuelo paramos para que Yoni repostara su bidón y aprovechamos para la foto del día.



Desde ahí ya se intuía la subida corta pero salvaje de las antenas de Anchuelo que nos tocaba ascender. Que por haberla subido ya en varias ocasiones no es menos dura. Sufrir para llegar a lo más alto, así se puede resumir este ascenso. En las antenas, parada para la chocolatina y seguimos camino de Villalbilla. Esta vez tomamos el camino que hay a la izquierda nada más pasar el repetidor de señal, bajando por un camino que cambia de anchura por tramos y que al final, llega a un tramo asfaltado pero abandonado, con contínuos agujeros muy peligrosos. Todo este tramo es de bajada muy divertido y peligroso, por igual.

En Villalbilla tomamos el camino que enlaza por carretera hacia Valverde. Justo a la salida del pueblo, es donde se encuentra el lugar del desastre, el de Marcos y Bea. Subimos el puerto en dirección a Valverde, pero antes de coronar, torcimos a derechas por un camino que enlaza con Los Hueros. Hacer la subida por asfalto y luego el primer tramo de subida de tierra es durísimo. Además, el calor nos castigó hasta este punto. Luego comenzaron a nublarse los cielos de nubes negras y densas, y el viento también se unió a la fiesta.

Bajamos desde las urbanizaciones a tumba abierta por la carretera que lleva hasta Los Hueros. Abajo nos dirijimos hacia la urbanización de El Zulema para bajar más aún hasta Alcalá. Atravesamos la ciudad y dejando a Yoni hasta la próxima semana, volví a casa por el camino de tierra de la vaquería.

Ha sido un día de vuelta a la actividad ciclista, recuperando sensaciones musculares, y también ha sido un día muy reflexivo. Hay que vivir y dejar vivir, permitir que todos podamos disfrutar de esta vida que es corta, pequeñita, insignificante para muchos, pero la única que tenemos.

Promedio pulsaciones: 128
Máximo pulsaciones: 173
Promedio calorías consumidas:712
Total calorías consumidas: 2.277
Tiempo In Zone (150-182): 0h37

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá de Henares - Los Santos de la Humosa - Anchuelo - Los Hueros - El Zulema - Alcalá de Henares - Meco.
Distancia: 58,93 km.
Tiempo efectivo: 3h10'
Tiempo total:  3h45' (8h45' - 12h30')
Promedio: 18,64 km/hora.
Desnivel: 630 metros.
Terreno: pista-asfalto (85-15) %.

lunes, 14 de mayo de 2012

IF NOT Bikking THEN Running ELSE Depression. 13 de mayo.


Ruta para correr 810524 - powered by Runmap 

Que todos hemos tenido momentos, situaciones, fases de nuestras vidas en las que las no hemos podido realizar nuestros deseos, siendo marionetas del momento, eso es cierto. Nadie se libra de estas situaciones. En ocasiones la lluvia, otras las obligaciones familiares, incluso situaciones no previstas como la averia del coche que hay que llevarlo al taller...

Luego están esas otras fases de la vida en las que puedes hacer lo que te plazca, zapping o leer un buen libro, comer fuera o en casa, paseo por la city o por la naturaleza. Normalmente solemos elegir las primeras sin ser necesariamente las mejores elecciones, y sin embargo siempre nos apenamos por no hacer las segundas. Así somos de curiosos.

Últimamente me encuentro viviendo momentos del primer bloque (soy marioneta), y sin embargo me intento revelar en cuanto puedo y tengo la mínima oportunidad.

El sábado era del todo imposible salir a rodar o correr por esas ya comentadas obligaciones, pero el plan ya estaba fijado en mi mente para el domingo. Inicialmente la idea era de salir a rodar, bien una ruta por la zona de contacto Guadalajara con Madrid, o bien subir a los pueblos cercanos a Alcalá con un máximo de una subida dura, ya que no estoy muy fino últimamente.

Pero otras circunstancias me llevaron a desechar el domingo por la mañana esta alternativa y optar por una carrera más allá de mi físico actual. En los últimos 6 meses tan solo he salido en 4 ocasiones contando esta del domingo, por lo que no era muy recomendable hacerse una tirada larda. Sin embargo, necesitaba como el comer y el beber hacer algo duro que me exigiera muscularmente.

A las 20h00 comencé el recorrido que tenía en mente, sin conocer la distancia real aunque sí la aproximada. Sabia que sería dura de realizar y que me llevaría en torno a la hora u hora y cuarto. Ese intervalo era el adecuado para exigir todo a cuerpo.

Con una temperatura más propia de julio que de mayo, encaré la subida hacia la parte alta de Meco. Las primeras sensaciones fueron muy buenas, entrando en calor los músculos muy rápido. A los 12 minutos ya me encontraba en el otro extremo del pueblo para comenzar el tramo asfaltado que le une con Villanueva. Utilicé el lateral que está dedicado para uso de bicicletas, corredores y paseantes, y por el que realmente uno se siente mucho más cómodo y seguro.

Todo este tramo es llano con ligera tendencia a subir, haciendo sufrida toda esta parte. Mi pulsómetro no bajaba de las 160 pulsaciones por minuto, y la gorra que llevaba calada para protegerme del sol iba tan mojada que el sudor caía por su visera. Todo este tramo lo hice hace tiempo y sabía que podría con él. Conocer el terreno es fundamental para medir bien los ritmos, los esfuerzos y las posibilidades de acabar.

Llegado a Villanueva había completado los primeros 6 kilómetros. Ya tenía hecho el tramo más complicado en cuanto a perfil pero restaba el segundo tramo que sería ya el más complicado para mis piernas por el esfuerzo acumulado.

Una subida dura de unos 200-300 metros me recibía en Villanueva para alcanzar la parte alta de las urbanizaciones del pueblo. Una vez superado este tramo y tras callejear, alcancé el enlace de tierra que me devolvería a Meco.

Este tramo de tierra tiende hacia abajo por lo que resultó más cómodo pero se me hizo en su parte final bastante agotador. Aguanté el ritmo vivo aunque tuve que bajarlo en dos o tres ocasiones por el agotamiento de piernas que iba acumulando. Es cierto que en esta ocasión mientras corría no tuve dolores en tobillos o rodillas como en otras ocasiones, aunque el cansancio por la noche fue exagerado.

Conseguí llegar a Meco sin parar en ningún punto del recorrido. Pensé que ya estaba hecho, que llegaría a casa sin mayor problema. Sin embargo, el último tramo de 3 kms se me hizo realmente eterno. Apreté los dientes y confié en mi fuerza mental y aguante físico. Conseguí completar el circuito sin paradas y a un ritmo aceptable sabiendo el óxido que acumulo en los últimos meses en cuanto a running.




Contento con el resultado del día, y algo más comodo después de haber realizado un test de fuerza mental, que es el que se realiza cuando el cuerpo te pide deternete y la mente lucha en dirección contraria.

Los datos generados por el pulsómetro son los siguientes:

Promedio pulsaciones: 161
Máximo pulsaciones: 174
Promedio calorías consumidas: 962
Total calorías consumidas: 1.096
Tiempo In Zone (150-182): 1h05

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Villanueva de la Torre - Meco.
Distancia: 13,40 km.
Tiempo: 1h08'23'' Ritmo/km: 5'06''
Desnivel: 90 metros.