sábado, 24 de marzo de 2012

En compañía, mucho mejor. 24 de marzo.


Ruta en bici 1455040 - powered by Bikemap 

La vida, esa palabra tan importante a la que no damos en ocasiones su verdadero valor. ¿Cómo vivir sin disfrutar de todo lo que nos rodea? La vida se nos va y debemos aprovecharla a cada segundo que marque el reloj cual martillo pilón, sin descanso, inexorable. Hay que disfrutar de la naturaleza, de la ciudad, de las cosas materiales que están a nuestro alcance, incluso del shopping (controlado, eso sí..., ;-)) ) y muy en especial, de las personas que nos rodean día a día, sean familia, amigos, compañeros de trabajo, amigos de amigos... porque ellas son las que dan un sentido real a nuestras vidas. Tener o no tener un buen coche o una buena casa, muchos lo priorizan, lo elevan al top de tus necesidades, sin darse cuenta que quienes hacen bonito e interesante nuestro caminar son todos aquellos que nos rodean y nos cuidan como nos merecemos.

Desde luego, el título del artículo "En compañía, mucho mejor" no puede expresar mejor este sentimiento. Por ello, hoy ha sido un día especial dentro de los últimos dos meses. La salida de hoy ha sido acompañado por Yoni, y eso siempre es mejor indiscutiblemente. Esos dos meses de parón que ha acumulado Yoni no han sido disculpa para él, que ha afrontado los más de 70 km que ha marcado su cuentakilómetros al finalizar su recorrido, con una entereza a imitar por muchos que tienen más bici que piernas.

La jornada ha comenzado a las 9h00 saliendo por la carretera que una Alcalá con Meco como un cohete a propulsión. Once minutos después ya estaba en Espartales Norte donde Yoni ajustaba su "fiera" para no tener ningún problema en el recorrido. Empezamos a recorrer las calles de Alcalá en dirección a Lope de Figueroa para acceder a la carretera de circunvalación que transita por el Parque Ferial y desde allí, por el paseo del río Henares de la Nueva Alcalá, llegar hasta la nueva pasarela que han habilitado para cruzar el Henares a la altura del Cementerio Jardín. Hay que decir que esta pasarela, hecha en madera, es fantástica, de una anchura suficiente para cruzar incluso un coche, pero que desgraciadamente está muy por encima del cuidado que recibe este río Henares. De una zona que debería ser un pulmón y lugar de ocio de los más de 200.000 habitantes de la ciudad, la realidad es que es una zona abandonada y olvidada por su querido Ayuntamiento. ¡Una lástima para la ciudad, desde luego!

Comenzamos el único puerto del día, el Zulema, corto pero duro en unos pocos puntos de su recorrido. Arriba enlazamos por la carretera que lleva a Arganda, pero nos desviamos rápidamente a la derecha como si fuésemos a subir El Viso. Justo en la curva que traza la carretera, nos desviamos a la izquierda para tomar el camino y a poco más de 200 metros, al llegar a una finca, en vez de seguir recto como en otras ocasiones, giramos a la izquierda para tomar otro camino. Éste nos llevó hasta el camino que acompaña la carretera de Alcalá a Torres de la Alameda, donde cruzamos por debajo, por un túnel, para pasar al otro lado y enlazar hasta una rotonda. Los mapas de Google son maravillosos, pero por desgracia no están 100% actualizados. Perdimos bastante tiempo buscando un camino que aparecía en el mapa y que no existía en la realidad. Encontramos otros que apenas se veían en el suelo y que nos llevaron a situarnos en la parte más adelantada de ese primero que no encontramos. Desde allí llegamos fácil hasta un polígono ya anexo a Loeches y tras atravesarlo ya estábamos en el pueblo. Yo tenía la vaga idea de que Loeches era un pueblín sin mucho lustre, pero al atravesarlo me dí cuenta de que ya cualquier pueblo cercano a Madrid va dejando ese perfil pequeño para convertirse en un conglomerado de urbanizaciones con miles de chalets.

Tuvimos que utilizar repetidamente el GPS del móvil para situarnos en todo el tramo de ida del recorrido del día. También nos costó atravesar el pueblo buscando la salida natural hacia el camino que nos debía llevar hasta Velilla de San Antonio. En estos casos, y utilizando las nuevas tecnologías, nada mejor que preguntar a gente del pueblo de toda la vida. Por eso, al ver a un señor mayor tremendamente agradable le preguntamos y nos indicó mejor que cualquier satélite artificial de los que utiliza la NASA, ¡vamos! Tomamos ese camino, que resultó ser un sube y baja constante pero muy suave, con diferentes tramos de tierra con piedra, con socavones, otros bien tirados, hasta llegar a un puente que cruza la R3. Desde ahí hasta Velilla de San Antonio no había mucha distancia, con una bajada bonita y larga. Ya en el pueblo, intentamos encontrar la zona central y más antigua pero no lo conseguimos, ya que estábamos en zonas de chalets que tan solo nos permitió llegar hasta un pequeño parque infantil donde hicimos nuestra parada de fin de recorrido lineal de ida.


Después de descansar quince minutos que nos sirvieron para recuperar energías, nos pusimos en marcha para volver a nuestras casas. Aunque pensamos de inicio que no nos íbamos a acordar de todo el recorrido de memoria, fue una agradable sorpresa darnos cuenta de que a pesar de haber varios empalmes en todo el recorrido, los retuvimos en nuestras cabezas. A pesar de la edad, veo que además del físico me sigue acompañando el cerebro... a ver por cuento tiempo.
Se hizo mucho más llevadero el retorno ya que no hicimos ninguna parada. En poco más de una hora ya estábamos de vuelta a zonas ya más conocidas por nosotros, alcanzado la bajada de El Zulema y disfrutándola al máximo, agarrándose de maravilla "la fiera" en los curvones cerrados y tomando velocidad en las zonas donde allí lo permitía el trazado. Desde allí, atravesamos Alcalá para dejar a Yoni en su casa, y yo por el camino del Santo Tomás, llegar a la mía, sabiendo que habíamos recorrido Terra Incógnita en el día de hoy. Cualquier día aparecemos en Portugal...

Los datos generados por el pulsómetro son los siguientes:

Promedio pulsaciones: 127
Máximo pulsaciones: 174
Promedio calorías consumidas: 697
Total calorías consumidas: 2.735
Tiempo In Zone (150-182): 0h40


Datos de la ruta:

Recorrido: Meco -  Alcalá - Zulema - Torres de la Alameda (sus alrededores) - Loeches - Velilla de San Antonio (ruta lineal ida y vuelta).
Distancia: 78,22 km.
Tiempo efectivo: 3h58'
Tiempo total: 9:00 - 14:00
Promedio: 19,67 km/hora.
Desnivel: 360 metros.
Terreno: pista-asfalto (80-20) %.

domingo, 18 de marzo de 2012

Eolo decide. 18 de marzo.


Ruta en bici 1462548 - powered by Bikemap 
Para la mayoría de nosotros existen muchas limitaciones cuando se piensa hacer deporte al aire libre, como por ejemplo que esté lloviendo. Incluyendo ésta, la siguiente excepción para una día de deporte en ciclismo es el viento. Si llueve o hace viento, es mejor dedicarse a hacer cualquier otro tipo de actividad en un entorno cerrado a ser posible, porque de empecinarse y poner en marcha los planes inciales, puede ser un día tirado a la basura. Estas dos son mis únicas limitaciones en el deporte al aire libre, porque si hace frío o mucho calor puedo combatirlo con ropa o mucho líquido.

Hoy mandó Eolo, divinidad griega del viento. Por la mañana amaneció soleado y con buena temperatura, sobre los 10º. Ya no sufrimos las heladas dañinas del duro invierno. De nuevo, y por enésima vez en lo que va de temporada, ví que tenía que trazar una ruta en solitario. Pensé que hacía ya demasiado tiempo que no pasaba por mi subida preferida en nuestro entorno más cercano, San Juan de El Viso. Esa montaña a la entrada de Alcalá desde Madrid, cubierta totalmente de árboles es la más dura y bonita, bajo mi punto de vista, de todo el entorno cercano a Alcalá.

Este punto del recorrido lo tenía absolutamente claro, y quería continuarlo por el parque natural hacia Anchuelo y luego terminar subiendo hasta Los Santos para desde allí retorna a casa. Sería un recorrido duro pero hay que "ajusticiarse" de cuando en cuando para no relajar mucho el cuerpo.

A las 10h00 ya estaba en camino, tomando el recorrido de tierra que pasa por el Santo Tomás para llegar a Espartales Norte y desde allí dirigirme a través de La Virgen del Val hacia mi destino. En este tramo de ruta me encontré con una media maratón y una popular que se había organizado en Alcalá para el día de hoy domingo. Había mucha gente participando en ambas pruebas y la mayoría demostraban haberse preparado a conciencia pues llevaban un ritmo bastante vivo. Yo me desvié por calles por las que no transitaban las pruebas y conseguí alcanzar la nueva pasarela que cruza el río Henares a la altura del Cementerio jardín, ya que mi primer escalón debía ser el Zulema.

Bonita subida de algo menos de 2 km, en asfalto y con apenas tráfico que te introduce en una zona arbolada y tranquila. Dura en dos o tres curvas muy cerradas, trazadas al estilo antiguo pues es una carretera de hace ya muchos años, donde hay que exigirse bastante para llegar hasta la cima. Arriba, entre urbanizaciones, se hace el llano y se recupera muy bien las respiración.

El segundo escalón del día lo fijaba el puerto estrella de la jornada, San Juan de El Viso, donde según los estudios arquelógicos, estuvo el primer asentamiento de lo que luego sería Complutum y más tarde la Alcalá que conocemos. Continué camino por la carretera que lleva en dirección a Loeches unos 2 km para dejarla a la altura de la urbanización Mari Blanca, y ahí tomar un camino que va lindando con las vías del tren de alta velocidad AVE que hace la ruta Madrid-Zaragoza-Barcelona. Este camino es un subir y bajar contínuo hasta un alto desde donde se comienza una gran bajada, ya en paralelo a la nueva carretera que une Torrejón con Torres de la Alameda, hasta llegar a la parte más baja en la base de El Viso. Aquí hice mi primera parada del día para recuperar alimentos y tomar una fotografías y vídeo, y donde me dí cuenta que el viento comenzaba a ser más que molesto, muy racheado que hacía complicado defenderse encima de la bicicleta.






Ya al pie de la subida, y sin descanso comencé a sufrir. Clavando plato mediano y el piñón más grande, comencé la subida, donde hay 4 puntos especialmente duros, con rampas muy exigentes, y con un primer tramo muy delicado en el terreno, con rajas profundas longitudinales y tierra bastante removida en las zetas que dificulta bastante guardar correctamente el equilibrio. La subida la he hecho a ritmo moderado, sin exprimirme al máximo. Hoy no tenía ese punto de locura que se tiene en ciertas ocasiones y que te permite subir de forma endiablada. El arbolado tan espeso me cubrió en toda la subida del viento tan dañino que se había levantado, así es que fue como ir dentro de una gran carpa a cubierto de todo lo que fuera ocurría. Una vez arriba, comprobé que el viento de abajo tambíen soplaba arriba y que era realmente fuerte, arrastrando grandes nubes grises y negras que no daban buena espina. Paré a tomar unas fotografías y fue en ese preciso instante donde cedí ante el dios Eolo. Debía volver a casa y dejar para un día más favorable cubrir la etapa al completo.








Dicho y hecho. Había que bajar por el otro lado de El Viso, donde hay una carretera sin uso, lo que suele permitir disfrutar mucho de la velocidad con bastante seguridad. Pero hoy,  por el viento racheado, tuve que tomar más precauciones y utilizar las manetas de frenado más de lo deseado. Abajo, ya en la carretera de Alcalá a Loeches, giré hacia las urbanizaciones para bajar por el Zulema, donde había subido al principio. Desde allí a casa, cruzando Alcalá por La Virgen del Val, Ensanche, Espartales Norte, y por el camino del Santo Tomás, regresar a casa, luchando contra el viento de forma desesperada.

No ha sido lo esperado, lo que llevaba dibujado en mi cabeza, pero he de reconocer que ha estado bastante bien. Puesto que tan solo subir este puerto tan bonito ya merece la pena madrugar y sacar a pasear la bicicleta.

Los datos generados por el pulsómetro son los siguientes:

Promedio pulsaciones: 125
Máximo pulsaciones: 169
Promedio calorías consumidas: 655
Total calorías consumidas: 1.720
Tiempo In Zone (150-182): 0h19


Datos de la ruta:

Recorrido: Meco -  Alcalá - Zulema - San Juan de El Viso - Zulema - Alcalá - Meco.
Distancia: 50,09 km.
Tiempo efectivo: 2h28'
Tiempo total: 10:00 - 12:50
Promedio: 20,29 km/hora.
Desnivel: 440 metros.
Terreno: pista-asfalto (25-75) %.

lunes, 12 de marzo de 2012

Disfrutando de La Mancha. 10-11 de marzo.


Ruta para correr 1444743 - powered by Runmap 

Cuando se necesita oxígeno lo mejor es respirar hondo, llenar los pulmones al máximo, regenerar el cuerpo, recuperarlo. Todos aquellos que vivimos en grandes urbes, acomodados a un mundo nada natural, obligados por los horarios, las prisas, el estrés, la mala alimentación, debemos buscar un lugar donde equilibrarnos, donde volver a ser parte de la naturaleza, de nuestro origen natural que es ese y no la ciudad con sus altos edificios y cientos de vehículos a motor expulsores de humos nocivos.

Existen cientos, miles de lugares que ayudan a ser de nuevo partes integrantes de la tierra y la vida en naturaleza, cada cual con su propia cultura y fisonomía, con costumbres locales diferenciadoras. Uno de esos lugares, cercano a la gran capital pero suficientemente lejano para protegerse de las inferencias de las grandes ciudades es el entorno cercano al Parque Nacional de Cabañeros dentro de la zona conocida como los Montes de Toledo, en la provincia de Ciudad Real. En esta comarca existe un pueblecito de apenas 200 habitantes que está ubicado en un lugar privilegiado, rodeado de pequeñas pero constantes verdes montañas que hacen del paisaje un continuo ondular. Es Fontanarejo, el pueblo de mi familia política, un destino ideal para recuperar las raíces más básicas, para contactar de nuevo con la naturaleza, para degustar con todos los honores los mejores sabores del cerdo, bien a la barbacoa o en guisos manchegos.

El fin de semana se ajustaba al dedillo para hacer vida en el campo, para no pisar las casas, para olvidarnos por unas cuantas horas de la vida fuera de nuestro entorno cotidiano. Un tiempo excepcional con temperaturas que alcanzaron los 20º, cielos despejados y libre de viento.

Así el sábado decidimos hacer una jornada de tarde de trekking saliendo de Fontanarejo para llegar hasta Arroba de los Montes, otro pueblo del mismo perfil que se encuentra a 8 km de distancia. El recorrido se realiza totalmente por un camino único que enlaza los dos pueblos, que además está en perfecto estado de uso para los ganaderos y agricultores de la zona. Partimos desde el centro de Fontanarejo un grupo familiar muy heterogeneo, ya que había niños y adultos, expertos e inexpertos en las artes del campo, varones y féminas. Desde los mismos comienzos del recorrido ya había que echar mano de la cámara para disfrutar de todo lo que aportan estos destinos.


Todos los pueblos de esta comarca subsisten gracias al ganado -básicamente ovino- y a la agricultura -principalmente olivarera-, ya que carecen de cualquier tipo de industria, lo que ha propiciado mantener casi intacta la rutina diaria de sus vecinos. Así, es bastante fácil cruzarse con caballos y burros, buenos rebaños de ovejas y pequeños grupos de bueyes. Nuestra ruta, saliendo del centro del pueblo nos dirigía a dejar la zona asfaltada para entrar en el camino rural. Nada más comenzar una ligera bajada para afrontar un repecho que nos llevaba hasta el alto de la loma desde donde se podía disfrutar de unas vistas privilegiadas del pueblo y de lo que nos vendría por delante.



Comenzamos entonces un largo descenso hasta llegar al primero de los tres o cuatro arroyuelos que atravesaríamos durante la ruta. Los paisajes que se nos mostraban eran de un contraste muy agradable, junto al verde de la tierra, sembrado de dispersas encinas, el cielo a ratos algo velado por altas nubes pero que en su mayor parte estuvo absolutamente despejado, ofrecía un azul intenso.
 

El resto de la ruta fue un continuo subir y bajar agradable, con amplitud de espacios donde descansar la vista, apreciar la belleza de los Montes de Toledo y disfrutar de la agradable compañía.


Llevábamos acumulados ya algunos kilómetros, más de una hora de recorrido, disfrutando de las bondades del clima y de la naturaleza de estas tierras que se presenta en todo su esplendor a pesar de no haber recibido las lluvias que por estas fechas ya deberían de haber llegado. En el camino, giramos nuestra vista hacia atrás y comprobamos lo retirados de Fontanarejo que ya estábamos.


A la hora y media de trayecto llegamos a una gran charca dentro de una parcela delimitada con livianas vallas de alambre que según los expertos se utilizaba como abrevadero para el ganado. Ahí hicimos nuestra parada de reflexión para saber cómo continuar, si bien llegar hasta nuestro destino inicial, Arroba de los Montes o girar 180º y volver hacia Fontanarejo. La hora y el cansancio general aconsejó regresar. Habíamos cubierto 6,4 km con un buen ritmo, y aprovechamos a deleitarnos con los reflejos que ofrecían las encinas en la charca.


El regreso al hogar se hizo más rápido, sólo en una hora frente a la hora y media de la ida, porque no se hicieron tantas paradas para disfrutar del paisaje. Y también porque el grupo se fragmentó en dos, y el grupo delantero en el que yo me encontraba puso un ritmo más vivo. Al final, acumulamos 13 km se pateado maravillosa que debe ser la primera de muchas.

La experiencia ha sido muy positiva y agradable. Conocer el entorno próximo al pueblo y disfrutar de su naturaleza es algo de lo que no podemos prescindir en cada uno de nuestros viajes hasta esta zona tan castigada por el olvido de las Administraciones Públicas, pero tan bien protegido por la madre tierra.

Aquí terminó nuestro día de trekking, pero para el domingo yo me había anotado una jornada individual de running. Hacía ya más de un mes que no me calzaba las deportivas para hacer una tirada y tenía mucho recelo en la distancia a emplearme. La idea inicial era hacer no más de 10 km en una circular que hay también en el entorno del pueblo, pero la ruta de trekking me enamoró tanto que tenía la obligación de hacerla completa ya que en la jornada del sábado no se pudo hacer.

Así el domingo a las 10h45 empecé el recorrido, que hasta la charca, km 6,4 ya era conocido pero faltaban un tramo para completar los 8 km lineales que no sabía si eran hacia arriba o hacia abajo. Comencé con ganas, marcando un ritmo vivo, disfrutando de la naturaleza por segundo día consecutivo. Las contínuas rampas hacían bastante más daño a la carrera que al paso por lo que sufrí de lo lindo durante la ruta. A mitad de tramo de ida comencé a sudar de forma abundante, empapando mi camiseta y notando todo mi cuerpo sudoroso. Llegué hasta la charca y pensé que estaba agotado, pero que debía completar el tramo hasta Arroba, ya tendría tiempo de pensar cómo demonios regresar... El final del recorrido tiende ligero pero contante hacia arriba, y esto me llevó a marcar 175 pulsaciones por minuto, algo que ni en bicicleta he llegado a alcanzar, lo que indica el nivel de exigencia marcado. Finalicé el tramo de ida con un crono de 39'16''.

En Arroba tomé algunas fotos y respiré todo lo que pude para recuperar las pulsaciones y los músculos que tenía bastante cargados, especialmente el gemelo de la pierna izquierda.



Desde Arroba se podía ver perfectamente Fontanerejo, ahora mi destino. No dudé en ningún momento que llegaría a cubrir la distancia que mediaba entre los dos pueblos, pero tenía dudas de cómo llegaría. Comencé el recorrido de regreso con un ritmo más bajo que el de la ida, ya que tenía los músculos bastante agarrotados. Al poco de iniciar el retorno comenzó a molestarme la rodilla izquierda y lo pasé bastante mal, tuve que cambiar algo mi modo de correr para apoyarme o ayudarme más con la pierna derecha. El cansancio al final hace que entren a trabajar otros músculos en mayor medida de lo habitual. Así, en el momento que escribo este texto, tengo dolores en lugares que no pensaba que hubiera músculos... Tengo un buen recuerdo a modo de agujetas que me van a perdurar por algunas horas más.

Todo el regreso fue muy duro, a decir verdad se me hizo eterno. Terminé extenuado, con fuertes dolores en ambas rodillas y tobillos, pero cumplí con el objetivo de hacer un ida y vuelta con un leve descanso, cubriendo una distancia total de 16 km, que teniendo en cuenta que estaba inactivo en cuanto a running desde el 28 de enero cuando cubrí 10,6 km, estoy más que satisfecho del resultado. El tiempo total fué de 1h23'52'', empleando unos 5 minutos más en el regreso que en la ida.

En definitiva, ha sido un fin de semana redondo en todos los aspectos. Solo a faltado un día más de plazo para haber hecho uso de la bicicleta. Tendrá que ser en otro momento, algún puente o vacaciones, donde aprovecharemos la experiencia de este fin de semana para no desperdiciar ni un solo minuto en este oasis de paz, oxígeno y buenos alimentos que ofrece Fontanarejo y todo su entorno.

Los datos generados por el pulsómetro son los siguientes:

Promedio pulsaciones: 161
Máximo pulsaciones: 176
Promedio calorías consumidas: 963
Total calorías consumidas: 1.346
Tiempo In Zone (150-182): 1h16

Datos de la ruta:

Recorrido: Fontanarejo - Arroba de los Montes - Fontanarejo (lineal ida y vuelta).
Distancia: 16,00 km.
Tiempo ida: 39'16'' Ritmo/km: 4'55''.
Tiempo regreso: 43'36'' Ritmo/km: 5'27''.
Tiempo total: 1h23'52'' Ritmo/km: 5'15''
Desnivel: 120 metros.

domingo, 4 de marzo de 2012

Algo, mejor que nada. 4 de marzo.


Ruta en bici 1406987 - powered by Bikemap 

Enlazo varias semanas de forma consecutiva rodando en solitario y al final va a ser costumbre. Ante la evidente falta de seguridad que aporta ir en grupo, además del factor sociable que se pierde, existe una ventaja. Salir en solitario ofrece la libertad de marcar tu propio itinerario, fijar los horarios y las intensidades que más apetecen o se necesitan en cada momento. Yo soy decididamente sociable y prefiero el grupo a individualismo, pero también soy optimista por naturaleza y eso me permite extraer casi siempre alguna ración positiva de situaciones complicadas, adversas o simplemente no habituales.

Por todo esto, la alarma del móvil estaba situada en las 7h45 del domingo. Mi idea inicial estaba encuadrada en hacer hoy, por primera vez desde que tengo uso de razón, un dos por uno. Ya, ya... sé que todos estáis pensando muchas cosas, que si en Carrefour lo tienen casi todas las semanas en muchos productos, que en muchos bares en Chueca también lo tienen de 10 a 12 horas... y otras cosas que pensamos y no decimos... Pero no se trataba de esas situaciones también interesantes en la vida. Yo tenía pensado para el domingo hacer dos rutas en un día, dos rutas que vistas individualmente ya son suficientes para cubrir las necesidades deportivas semanales de muchos de nosotros.

Así, volvamos al principio, sonó mi despertador y como es norma en mí le pedí que me avisara 5 minutos más tarde. Repetí el proceso al menos en dos ocasiones más hasta que a las 8h00 dí con mis pies en el suelo para comenzar el domingo ciclista. Desayuné de forma habitual con cereales y una fruta, ya que la cena de ayer noche además de buenísima fue abundante y extensa en grasas.

A las 8h50 estaba ya preparado para comenzar mi aventura del dos por uno. El primer recorrido era el denominado "de seguridad" por Villanueva, Azuqueca, Alovera, Quer, Torrejón del Rey, Valdeavero y vuelta a Meco con 53 km. Una vez terminado ese primer bloque, y tras pasar por casa, la intención estaba puesta en hacer Alcalá, Los Santos, Anchuelo, Parque Natural de los Cerros de Alcalá, Alcalá y Meco haciendo 50 km más.

El día, sorprendentemente, amaneció nublado y amenazante de lluvia. Todo quedó en amenaza y una humedad en el ambiente que hasta cierto punto se agradecía. Comencé mi ruta rodando hacia el camino que lleva a Valdeavero, que es ya más conocido por mí que la palma de mi propia mano. Tenía la sensación de no ir del todo rápido, aunque al llegar al final del tramo de tierra y comprobar los tiempos me percaté de que había fijado un crono casi tan bueno como mi mejor marca allí. Eso me animó mucho a seguir apretando aunque sin intención de ir al máximo. En el asfalto torcí a derechas para dirigirme hasta Villanueva. Llano que tiende suavemente hacia abajo y que permite casi volar, aunque hoy no tanto porque noté algo de viento en contra. Alcancé el pueblo y tras atravesarlo busqué el tramo de tierra que me devolviera a Meco para cerrar el primer círculo de los dos que componen esta ruta. Bajada en tierra con algunos cortes y piedras sueltas en el camino que en pocos minutos te sitúan de nuevo en Meco aunque al otro lado del pueblo.

Tras cruzar la carretera que lleva a Azuqueca llegué al camino que permite llegar hasta el mismo punto pero sin el problema del tráfico. El tramo de tierra prácticamente en llano salvo el puente que cruza la R2 permite ir "ligero" encima de la bicicleta. Sin muchos problemas ya estaba en Azuqueca y tomaba contacto para un largo trecho con el asfalto. Clavé el plato grande y un piñón pequeño y a rodar. Comencé el recorrido por las calles del pueblo para dirigirme a Alovera, cuando recordé que siempre paso por la iglesia de Santa Teresa de Jesús de Azuqueca que es muy bonita y aún no la he mostrado en el blog. (Sobre la iglesia hay que apuntar que es la antigua iglesia de San Salvador (s.XVII), obra del románico tardío típico de la sierra de Guadalajara, que fue trasladada entre 1982 y 1987desde la localidad de Alcorlo, hoy anegada por el embalse que lleva su nombre, al barrio de Asfain de Azuqueca para salvarlo de las aguas.) Como hacía ya casi la hora de mi partida, pensé que era un día perfecto para hacer el repostaje de sólido y líquido, además de llevar a cabo el reportaje fotográfico.




Comencé el segundo tramo de mi primera ruta del día. Como es asfalto durante muchos kilómetros aproveché el plato grande y los piñones pequeños para emplearme a fondo. Llano hasta Alovera a partir de este punto comienza la subida hasta Quer y luego un continuo sube y baja de largas subidas y bajadas hasta contactar con Torrejón del Rey. En todo este tramo me crucé con varios grupos grandes de ciclistas de carretera, que siempre que ven a alguien en solitario, a pesar de ir penando van y te jalean con todo su buena intención. ¡Qué buena gente! En Torrejón me dirigí hacia Valdeavero y tras atravesar algunas calles del pueblo me situé en la subida del puerto que lleva hasta el camino de regreso a casa. El puerto de 1.900 metros de longitud y un desnivel de 81 metros con una pendiente media del 4,3% se hace bien a ritmo, apretando los dientes en un par de puntos muy concretos al principio de la subida. En general es suave y benévolo para lo que tenemos en nuestro entorno.

Arriba, enlacé con el camino de tierra que tendente hacia abajo me dejó en casa rápidamente. A las 11h10 ya estaba recuperando líquidos y descansando para salir hacia la segunda ruta del día, pero en ese momento me entró una crisis de madurez. Sí, tenía otras obligaciones que llevar a cabo y si me salía a afrontar el segundo bloque del día no regresaría hasta la hora de la comida. Por este motivo deseché la opción del dos por uno y pensé: "Algo, mejor que nada" En cualquier caso es un plan que guardo en el baúl de los pendientes y que tan pronto como pueda y sea capaz de comenzarlo a una hora más temprana lo llevaré al grupo de las realizadas.

Ahora que comparo los datos con otras veces que he realizado este recorrido compruebo que es mi mejor registro, bajando en 3 minutos el tiempo empleado, y por extensión aumentando el promedio de velocidad hasta casi rozar los 26 km/h. Qué importante es fijarse en los números, que son los que nos dan la medida real de lo que hacemos.

Los datos generados por el pulsómetro son los siguientes:

Promedio pulsaciones: 147
Máximo pulsaciones: 171
Promedio calorías consumidas:854
Total calorías consumidas: 1.767
Tiempo In Zone (150-182): 1h02


Datos de la ruta:

Recorrido: Meco -  Valdeavero - Villanueva - Meco - Azuqueca - Alovera - Quer - Torrejón del Rey - Valdeavero - Meco.
Distancia: 53,05 km.
Tiempo efectivo: 2h03'
Tiempo total: 8:45 - 11:10
Promedio: 25,84 km/hora.
Desnivel: 400 metros.
Terreno: pista-asfalto (25-75) %.