jueves, 31 de julio de 2014

Vuelve Hulk. 29 de julio.


Route 2.726.050 - powered by www.bikemap.net

¿Quién no ha soñado alguna vez volver a ser un niño? Ser el niño que fuimos, el que corría en el barrio, el que se despertaba perezoso todas las mañanas para ir al colegio, el que mamá obligaba a comerse las legumbres, el que reía mil y una veces al día por cualquier motivo... Pero ese retorno sólo es posible si cerramos los ojos y comenzamos a soñar, a sentir el viento en nuestra cara al correr, a oír las risas de los amigos...

Puede que sea un sueño, pero hay sueños que se hacen realidad. Un sueño bonito, que saca la sonrisa fresca y radiante de las caras de los amigos, de los que te quieren. El 29 de julio mi amigo Arturo volvió a subirse a una bicicleta para sentir todo lo que él ya sabe pero no se acuerda. Arturo fue ciclista, vivió encima de una bici, pensando solo en los pedales y en rodar. La vida le ha castigado y obligado a abandonar ese amor durante muchos años pensando que nunca volvería a disfrutar de la esencia del ciclismo. Pero hay hombres y mujeres que están hechos de una pasta especial, de esa que ni tan siquiera los científicos pueden explicar porque igual ni va escrito en nuestros genes. Gente que si la vida les golpea una vez ellos la golpean dos veces...todo un ejemplo a seguir, para fijarse y tomar nota.

Yo tengo la suerte de haber conocido al Arturo ciclista, al de aquellos años. Era un panzer de la bicicleta subiendo y bajando...enorme energía. El de ahora está en período de adaptación y quiere ser mejor que aquel otro...Que nadie tenga la menor duda que lo conseguirá, que mejorará la versión inicial y conseguirá ser un biker a su máximo nivel.

Hace unas semanas me comentó que tenía decidido volver, que se compraría una bici a su gusto. Sus gustos son refinados, siempre lo fueron...siempre tuvo una bici montada y tres en piezas a cada cual mejor...Y en efecto, bici con doble suspensión y los componentes de lo mejor del mercado. Me dijo de hacer una salida de contacto y le preparé una a su medida, con una ligera pendiente en el tramo inicial, un falso llano más bien, luego un largo descenso y terminando con un poquito de pista para retornar a casa y no superar los 30 km.

Todo salió a pedir de boca. En el comienzo de la ruta tomamos muchas precauciones para ir recuperando sensaciones encima de la bicicleta. Todo fue lento pero todo fue muy seguro que era lo que en esa salida primaba sobre todo lo demás. Llegamos hasta Villanueva disfrutando del pedaleo y del tiempo que nos regaló un día maravilloso. De Villanueva al puerto de Valdeavero picaba hacia arriba y fue el momento de más exigencia física para Arturo. Quede claro que él es un tío que hacía 100 km hace años pero que la falta de entrenamiento y mil problemas que han llovido dejan hasta Hulk sin tono muscular. Pero el tiempo todo lo arregla...ya lo podréis ver todos.




 Llegamos al puerto e hicimos el descanso del día. Recuperamos con algo de bebida y estiramos. Nos dimos la vuelta para encarar de nuevo a Villanueva, bajando muy ligeros los dos, fuerte en dos tramos concretos donde la bici se colocó a casi 50 km/hora. Atravesamos Villanueva y nos lanzamos a la mayor bajada del día hacia Azuqueca. Ahí Arturo me pidió que le pisara más que me comía la rueda trasera...Ya os digo que tiempo al tiempo... Desde allí volvimos a casa por pista muy asentada lo que nos permitió alcanzar nuestro objetivo de rodar en el primer test, disfrutar de la naturaleza y de la mejor compañía.

Volvió Hulk...que nadie diga luego que no avisé.


Datos de la ruta:


Recorrido: Meco - Villanueva de la Torre -  Puerto de Valdeavero - Villanueva de la Torre - Azuqueca de Henares - - Meco.
Distancia: 27,50 km.
Tiempo efectivo: 2h13'
Tiempo total: 08:30 - 11:00
Promedio: 35,12 km/hora.
Desnivel: 150 metros.
Terreno: pista-asfalto (15-85) %.

martes, 22 de julio de 2014

En canoa por las hoces del río Duratón. 19 de julio.


Nueva experiencia, nuevos motivos para vivir, para alegrarse y para animarse a probar deportes distintos, visitar entornos maravillosos, compartir el tiempo con gente que merece la pena, buena de corazón.

Medio Madrid ya había visitado esta zona maravillosa de Segovia y yo llevaba tiempo con muchas ganas de hacer una visita al entorno natural y a los pueblos para hacer un turismo gastronómico. La oportunidad llega cuando menos te la esperas. Cuando Tirso me ofreció hacer una ruta por las hoces del río Duratón en su canoa no dudé un instante. Las oportunidades no aparecen muchas veces, hay que cazarlas al vuelo. Me contó de lo que se trababa, de realizar una incursión en el río, entre buitres y paredes altas a ambos lados que engrandecen mucho el lugar y empequeñecen al visitante.

La mañana comenzó pronto, saliendo de casa a las 8h rumbo a Madrid a recoger a Tirso. Él ya preparado con las dos mochilas en las que va embalada la canoa las colocó en el maletero del coche y carretera y manta como suele decirse. A1 dirección Sepúlveda para allí comunicar que íbamos a estar en las hoces durante ese día. El pueblo es una pasada, maravilloso, lleno de asadores y con unas vistas espléndidas.


Desde allí nos trasladamos hasta Sebúlcor donde tuvimos que localizar el Portillo del Pez que es el acceso ya a la calita del río Duratón en el que se embarca para las rutas.

Accedimos a la playa y llegó el momento de montar la canoa. Cuando uno piensa en una embarcación piensa en piezas rígidas, sean de plástico, madera o metal. Pues mis ojos se llenaron casi de lágrimas al ver que lo que salía de las mochilas eran tubitos de metal y una gran lona...nada más!!! Pero cierto es que al final esos componentes formaron una canoa espléndida, amplia y segura. Costó más de la cuenta porque al montarla una de las piezas que hacen de suelo se desplazó y tuvimos que deshacer parte del trabajo hecho. Llegué a desesperarme un poco, es cierto, pero cuando echamos a navegar todo se me olvidó.




Ese fue el momento mágico del día. Empujar la canoa, remar unos metros y encontrarse en mitad del cañón...no sé cual es la palabra que define mejor lo que vi y sentí, pero si digo espectacular posiblemente me quede corto. La naturaleza tiene muchas formas que el hombre no disfruta a diario: esta es una de esas. Agua abundante en el río, color verde maravilloso, paredes altas a ambos lados llenas de buitreras, plantas acuáticas en el río. No sé cómo explicar todo...la maravilla que se presentó ante mis ojos.










Tirso había planificado muy bien el recorrido. Saliendo de la cala iniciamos nuestro recorrido hacia la derecha hasta llegar al punto 1 marcado en el mapa. Allí estaba el límite permitido, ya que todo en el parque está regulado para que todos disfrutemos, pero no molestemos al entorno. Hasta el punto 1 y el retorno hasta la playa fue un recorrido muy plácido donde la canoa se deslizaba sin apenas resistencia. Una vez pasado el punto de embarque nos dirigimos hacia el punto 2. Empezó a soplar el viento de forma racheada al principio y luego de manera contante y fuerte. Las hoces van haciendo curvas y por eso en algunos tramos el viento soplaba de cara y otros de espalda. Llegamos hasta el punto 2 y atracamos para comer. Bocadillo estupendo de tortilla y unas brevas que nos sirvió el mismo parque, la misma naturaleza al alcance de nuestra mano.









Embarcamos de nuevo y para ese tramo decidimos cambiar nuestro orden en la canoa, Tirso delante y detrás. Tuve que aprender a palear y corregir la dirección en un curso acelerado de 5 minutos, que fue el margen de tiempo que la naturaleza nos dio hasta que el viento comenzó a soplar de lo más fuerte. Lo pasamos mal en el retorno al embarcadero, tanto que en dos ocasiones por más que remáramos fuerte no fuimos capaces de avanzar ni un metro. Hubo que luchar mucho, pelear...pero es lo bonito de estos deportes, la improvisación.






Lo conseguimos y atracamos felizmente. Comenzaba a llover en un día que nos respetó en todo: cielo nublado, temperatura ideal y nada de lluvia. La vuelta a casa fue toda hablando de lo que vivimos en las hoces y aún a fecha de hoy llevo la sonrisa dibujada en mi cara. Que nadie se le olvide pasar por allí al menos una vez en su vida, me daréis las gracias por este consejo.

lunes, 21 de julio de 2014

Lo dificil de ser regular. 28 de junio.


Route 1.086.228 - powered by www.bikemap.net


Hace ya casi un mes que hice esta ruta y por falta de tiempo no he podido contarla en el blog. Aunque es una ruta que ya he repetido mil veces, no quiero dejar de subir todas y cada una de las que hago. Ya casi ni me acuerdo, para ser sinceros, pero lo cierto es que es la última que he hecho hasta la fecha y que tengo ya unas ganas locas de subirme de nuevo al pedaleo.

Recuerdo que el 28 de junio hizo algo de viento que me complicó algunos tramos y que la distancia no fue excesiva pero sí la suficiente para darme cuenta que estoy dejando mucho de lado mi deporte base, que es la bicicleta. Últimamente estoy más centrado en la carrera a pie porque requiere menos tiempo en el día a día y también porque estoy preparando una carrera para finales de septiembre.



El resto ahora está en conseguir la continuidad que necesito para hacer grandes rutas y con buenas sensaciones.

Datos de la ruta:


Recorrido: Meco - Valdeavero - Torrejón del Rey - Valdeavero - Villanueva de la Torre - Azuqueca de Henares - - Meco.
Distancia: 34,31 km.
Tiempo efectivo: 1h34'
Tiempo total: 17:30 - 19:15
Promedio: 21,76 km/hora.
Desnivel: 270 metros.
Terreno: pista-asfalto (40-60) %.