domingo, 15 de enero de 2012

Mis primeros 5Mil

Todo comenzó en mayo del 2009. Necesitaba retomar el deporte de un modo habitual. Ya lo había intentado en otras ocasiones con mis queridos hierros o con salidas más o menos habituales de running, pero al final el tiempo siempre podía con la persistencia. Hasta ese mayo del 2009 cuando me fijé en la vieja bicicleta de montaña que me compraron mis padres allá por 1991. Una de las primeras mountain bike del mercado que durante algunos años disfruté como tantos otros jóvenes de la época, pero que con el paso del tiempo aparqué en un rincón.

La verdad es que la bici estaba casi para tirar, con las cubiertas algo rajadas, los frenos bastante delicados y el cambio fallando de forma habitual. Pero yo estaba decidido a retomar la senda del deporte y ahí había un filón no aprovechado. Así, me subí y realicé mi primera excursión por caminos hasta el pueblo de al lado. Apenas 15 km de ida y vuelta fueron suficientes para darme cuenta que ahí había futuro, que era un deporte que me iba a enganchar.

En los inicios fui muy precabido pues quería saber si realmente no me cansaría de la bicicleta al poco, si no era un subidón de primavera nada más. Pasadas unas semana llegué a arreglar la bici, cambiando las cubiertas, montando un cambio nuevo y comencé a comprarme el equipamiento mínimo de seguridad y subsistencia para hacer salidas algo más profundas: casco, culotte, gafas, bomba de aire, cámara de repuesto... Y comencé a salir en grupo, primero con mi cuñado Yoni, luego con otros amigos. Empecé a conocer mi entorno a través de los caminos, todos los pueblos de los alrededores, que de otro modo no habría conocido.

Recuerdo que durante esos meses no era capaz de hacer muchos kilómetros porque el cuerpo aún no estába acostumbrado a las horas de sillín ni al esfuerzo de horas de pedaleo. Que me fascinaba la idea de superar la barrera de los 50 km en un día o de subir grandes puertos.

Esos días llegaron. El primer fin de semana de octubre tuve la oportunidad de acompañar a mi ex vecino y gran amigo Marco en la subida al puerto de la Fuenfría que todos los años hace con un grupo de compañeros de su empresa British Telecom. La experiencia fue maravillosa, mi primera salida a la sierra madrileña. Naturaleza pura, un ambiente ciclista tremendo, con grupos de más de 25 bikers y una subida de algo más de 13 km durísima. De ese día recuerdo el gran ambiente, los grandes amigos que tiene Marco y también quedan unos recuerdos en fotografía.




A esas alturas ya sabía que la bicicleta me había ganado la partida y que sería un biker mas dentro del grupo de aficionados. Combinar deporte mas naturaleza es de lo mejor que ofrece la vida.

A esta salida siguieron muchas otras por la zona de Alcalá, se incorporó en algunas rutas mi amigo del colegio y del gimnasio Angel. Él me mostró rutas nuevas y nos divertimos durante esos fines de semana. Quedan muchas más por hacer con él y en especial esa de Miraflores subiendo la Majada del Cojo.

Así llegó abril del 2010 y decidí dar pasaporte a mi vieja bicicleta que en ese período había aguantado ya 1.700 km. Decidí que la mejor opción era comprar la misma que Yoni, una KTM Ultra Sport del año en la tienda especializada Karacol que hay junto a la estación de Atocha (www.karacol.com). Subirse a una bicicleta nueva después de siglos en una vieja y de hierro fundido, es como probar el jabugo y un serrano simplón.

La primera toma de contacto con la KTM fue en una salida de grupo con amigos del trabajo que hicimos en La Pedriza. Maravillosa experiencia y accidentada. Recuerdo que el cambio de bicicleta fue como darme alas, como si hubiera tomado todas las reservas de Red Bull del pais. Arriba, subiendo al límite del puerto en busca del Prado la Nava nos encontramos nieve helada y yo me fui al suelo hasta en tres ocasiones, porque era mi estreno con pedales automáticos que estaban durísimos. Todo quedó en un susto y tres días de baja por tener la mano embotada. Pero la experiencia fue tremendamente maravillosa.








Durante ese tiempo conocí al grupo de los Lunáticos (http://lunaticosbike.blogspot.com) a través de Angel, y con ellos conocimos muchas rutas nuevas por la zona. Muy buena gente y muy sociable.

A finales de julio del 2010 se organizó otra super salida, esta vez una Cercegovia, es decir, una ruta de Cercedilla-Segovia-Cercedilla. La broma fue buena, por la distancia, por el terreno y por el calor de un 17 de julio. Lo mejor el recuerdo, porque ese día fue de los más duros que recuerdo. Gran grupo de gente los amigos de Yoni.






Ya en el 2011 comencé a salir con Joaquín, experto dentro de los expertos bikers. De nuevo aprendí muchas rutas y otras cuestiones de perro viejo que le agradeceré eternamente. Le mencioné la existencia del Soplao y ahí que estuvo en mayo, dejando muy alto el pabellón. ¡Qué grande! El resto de mi vida encima de la bici ya está contada en este blog. Lo importante es la felicidad que transmite subirse a la bicicleta, con amigos y en naturaleza, teniendo algún reto como objetivo y pensar que eres capaz de eso y mucho más. Por cierto, llevo 3.300 km con la KTM y con las mismas cubiertas. De momento no he tenido más que limpiarla y engrasarla. ¡Vamos, una maravilla! El tema de las cubiertas ya está al límite, he pasado de un neumático "para lluvia extrema" a un neumático "slick". Hay que pensar en reponerlos ya.

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