domingo, 30 de octubre de 2011

Crónica del 30 de octubre.

Con muchas ganas agarré esta mañana la KTM porque el pasado fin de semana por cuestiones domésticas y climatológicas no fue posible salir a rodar. A mitad de semana lancé un correo sonda a algunos amigos y como siempre contestó mi amigo Joaquín para aceptar la propuesta de la mañana del domingo. Otros, esta vez no contestaron o no pudieron acudir a la llamada. De nuevo e incomprensiblemente para las alturas de año, sigo vistiendo de verano, a excepción de una camiseta de manga larga para la parte superior. Con algo de fresco a primera hora de la mañana, la temperatura se recuperó de forma admirable en las horas siguientes; tanto que llegamos a pasar realmente mucho calor en algunos tramos de esfuerzo máximo.

A las 8.50h salí de casa con destino casa de Joaquín donde llegué a las 9.05h. Con el cambio horario del fin de semana, mi compañero de salida ya tenía dudas de si yo habría actualizado los relojes de la casa y pensó en llamar para cerciorarse de que efectivamente no había errores. En esas estaba cuando llegué junto a él.

Ambos coindicimos en que hacía mucho tiempo que no subíamos a Los Santos y que debíamos realizar esta ruta. Nos pusimos a ello cruzando la ciudad en busca de la vereda del río Henares en dirección al camino que nos conduce hasta nuestra primera estación.

Las lluvias de esta semana no han ocasionado grandes charcos afortunadamente, y sin embargo sí que ha compactado mucho mejor el firme. Durante todo el verano con la ausencia de lluvias la mayoría de las pistas se encontraban demasiado removidas y peligrosas. Comenzamos la primera subida, la rampa que ya te hace entrar en calor. Mis piernas se encontraban increiblemente ligeras y apreté para exigirme. Joaquín, muy sabiamente subió a su ritmo, un ritmo alto según me confesó ya en Anchuelo. Al final del tramo, cuando volvimos a juntarnos mi compañero de salida me hizo un guiño haciendome notar que hoy no me haría falta jugar mucho con los piñones. Recogí el piropo con humildad como se debe hacer en estos casos.

El segundo tramo de pared lo comenzamos igualmente juntos, pero ya en el giro a izquierdas quedamos en vernos arriba en el camino que conecta Los Santos con Anchuelo. Comencé de nuevo a darlo todo, manteniendo primero el desarrollo que llevaba, que si no recuerdo mal era plato mediano + tercer piñón grande y subiendo paulatinamente los dos piñones restantes hasta terminar la segunda pared. Al término de este muro estaba con el corazón a muchas pulsaciones, con la respiración entrecortada y ampliamente empapado en sudor, pero muy satisfecho del esfuerzo y del ritmo. Continué hasta llegar a la plaza de toros y sin descanso giré a derechas para subir la rampa ya de asfalto y, luego continuar por la calle que sube a mano izquiera en un ángulo de 90 grados, otra pared que me dejó tremendamente exhausto. Ya en la conexión con el camino de Anchuelo paré a esperar la llegada de Joaquín. Me entretuve haciendo algunas fotos del camino e incluso alguna artística.

Comienzo del tramo Los Santos - Anchuelo.

Parte final de la subida con unos desniveles rompedores.
Foto artística que la podemos llamar: "El arte en sombra"
Pues esperando estaba a que llegara Joaquín, y pasaron cinco minutos, diez, quince y al llegar a los diecisiete me dí cuenta que yo había subido bien, pero que ya era excesivo. Así tomé la decisión de volver a bajar hasta la plaza de toros, pensando que Joaquín podría haber sufrido un pinchazo o que le habría ocurrido algo peor. No lo encontré y entonces le llamé al móvil. Joaquín me contestó rápidamente y sin entender absolutamente nada me confirmó que él ya se encotraba en nuestra segunda parada del día: Anchuelo. Una vez juntos nos dimos cuenta de nuestro despiste, ya que yo le esperaba en un punto por el que Joaquín nunca pasó. Él llegó al camino que lleva hasta Anchuelo por otro enlace distinto al que yo suelo utilizar. Quedamos en vernos en las antenas de Anchuelo, por lo que volví a subir por segunda vez en el día la rampa de asfalto y esta vez giré a izquieras 180 grados para alcanzar la parte alta por la zona del caño de agua. Hice el tramo de enlace hasta Anchuelo con mucha precaución porque históricamente este tramo ha estado muy cortado lo que unido a la inercia del largo descenso lo hace peligroso. Sin embargo, las lluvias y los arreglos previos han sido mano de santo y ahora tenemos una pista muy aceptable.

Entré en Anchuelo y me dirigí directamente en dirección a las antenas. Esta subida siempre da miedo al encarar la primera rampa que parece imposible de subir. Encima esta vez estaba muy ondulada con un continuo traqueteo de cabeza y resto del cuerpo, teniendo que buscar continuamente puntos planos y adherentes. Con mil sudores conseguí doblegar a la pendiente, y desde arriba Joaquín disfrutando de las penurias de todo el que subía, animaba a voz en grito. Yo le contestaba con mi brazo en alto como señal de haber recibido el alarido de ánimo. En el mirador nos encontramos y después de recuperar la fuerzas perdidas con tanta subida, retornamos por el mismo camino de vuelta.

Primero hicimos la bajada de las antenas de Anchuelo disfrutando prudentemente de la velocidad, hasta la zona final de tierra tan ondulada. Cruzamos el pueblo y nos dirigimos al camino que lo une con Los Santos. Toda la subida la hicimos a buen ritmo pero ya juntos, sin ganas de volver a no encontrarnos (con la anterior perdimos cerca de 30 minutos). Joaquín quiso enseñarme antes de entrar en Los Santos, el pico de la Peñaberemeja. Accedimos terminando la pista de Anchuelo a Los Santos y girando a izquierdas por otra pista muy similar a la anterior. Y desde allí ya por medio de indicaciones se llega a este mirador natural tan maravilloso.

Panorámica de Los Santos de la Humosa desde Peñabermeja.

Panorámica desde Peñabermeja, a la izquierda Alcalá de Henares, en segundo plano Madrid.

Panorámica de corredor del Henares desde Peñabermeja.

Panorámica desde Peñabermeja, al fondo a la derecha Guadalajara.


Por cierto, lo del nombre "Peñabermeja" no es casualidad. La tierra en este mirador tiene un intenso color rojo que lo hace muy característico.

Ya desde el mirador nos dirigimos hacia Los Santos para tomar la bajada hacia Alcalá de Henares. Bajada rápida y muy segura a excepción de la última rampa que se encuentra intensamente rajada y peligrosa. Me despedí de Joaquín en El Ensanche y desde ahí hasta el Santo Tomás para llegar por camino hasta casa.

Hablamos de su fantástica ruta de tres jornadas que hizo hace unos días junto a dos amigos, que dió comienzo en Teruel y finalizaron en el puerto de Sagunto. Tengo su promesa de envío en breve de una crónica para publicarla. Y también comenzamos a planificar una próxima salida especial al pico del Ocejón, que vamos seguro a disfrutar al máximo.

Excelente día de deporte, naturaleza, fotografía y de inmejorable compañía. Yo no sé si se pueden conjugar más excelencias en tan poco tiempo.

Datos de la ruta:

Recorrido: Meco - Alcalá - Los Santos- Anchuelo - Los Santos - Alcalá - Meco.
Distancia: 59,06 km.
Tiempo efectivo: 3h13'
Tiempo total: 8:50 - 12:55
Promedio: 18,34 km/hora.
Desnivel: 700 metros aprox.
Terreno: pista-asfalto (85-15) %.

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